Capítulo 13 - Guardaespaldas

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Blitz no sólo se marchó así sin más la noche de la luna llena, cuando Stolas le regaló el diamante celestial. Antes de eso sucedió algo mucho peor. La causa que hizo que se marchara de esa manera.

Cuando el príncipe le había dicho con prisas que se tenía que ir, que tenía que acudir a un asunto importante, el pequeño imp le respondió lo siguiente...

- ¿Adónde coño tienes que ir? - este levanta una ceja extrañado y al mismo tiempo molesto - ¿No se suponía que hoy era nuestra noche?

- Sí, por supuesto... - le dijo el búho, mientras se ponía mejor la ropa que se había puesto para esa noche de pasión - Pero tengo un asunto muy importante que atender... - le sonríe en plan forzado - Lo siento, querido... Pero es urgente...

El imp no podía creerselo. O sea, llevaban planeando esa noche desde hace semanas, siendo una actividad muy habitual entre ellos dos. El dichoso pajarraco estaba ilusionado por dar inicio a esa noche de pasión que tanto deseaba, fuera o no fuera luna llena. ¿Y ahora quería cancelarla así sin más? ¿Sin dar explicaciones?

Molesto por no obtener respuestas sobre esa cosa urgente que tenía que hacer ese ricachón estúpido,

- ¿Qué mierda es eso tan urgente que tienes que hacer?

No le respondió. No parecía querer decírselo. Pero no tardó en recibir al menos un pequeño gesto por parte del otro.

Justo fue terminar de ponerse bien la ropa, cuando Stolas, con cara de preocupación, tomó de la mesita de noche una cajita negra. Y de ella extrajo lo que parecía ser un diamante brillante y hermoso. Eso fue suficiente para llamar la atención del imp, el cual se quedó de piedra al ver semejante pedrusco.

Pudo reconocer al instante la naturaleza de tal obsequio. Él sabía de tipos de minerales gracias a que su mejor amigo Fizzaroli era un gran interesado sobre esos temas. Se trataba de una gema angelical. Con ella los arcángeles y demás criaturas celestiales accedían al mundo de los vivos y a diversos puntos del infierno sin pedir permiso al rey de las tinieblas. Eran artilugios que empleaban los santurrones para mantener vigilados a los de abajo.

Se decía que ya dejaron de utilizarlos porque no les interesaba seguir observando cómo se mataban los pecadores en los anillos infernales. Y porque Lucifer acordó con la serafín mayor Sera de no llevar a cabo actos de espionaje en su reino. Pero parecía ser que seguían custodiando tales reliquias. Tal vez o bajo llave o en algún lugar secreto.

Por esa razón este no podía creerse que ese sangre azul, siendo un demonio nacido en el infierno, se hubiera hecho con ese pedrusco proveniente de allí arriba. Por un lado le maravilló. Y por otro le asustó. Y más aún después de las amenazas que le hizo Lilith ese día con lo de su negocio secreto con el goetia. ¿Se podía saber por qué medio había logrado obtener ese objeto tan difícil de conseguir?

Antes de que Blitzo pudiera decir algo al respecto, Stolas, con todo el sentimiento del mundo, se arrodilló ante él con gesto dulce. Y mostrándole el diamante en bruto, lo miró con ojitos brillantes y le dijo:

- Ésto que ves aquí es la solución a tu problema... - suspira - Nuestro problema... - sonríe - Es una trasportadora... Me la ofreció Asmodeus... Se la pedí...

Eso último era mentira. Y el propio Blitz lo sabía. Si no fuera porque conocía ese tipo de piedras gracias a su amigo de la infancia, quizás se habría creído esa trola del príncipe. Pero desgraciadamente no fue así. Y el saber que le estaba mintiendo le hizo sentir más temor aún.

- Con ella podrás acudir al mundo humano sin necesidad de usar mi grimorio ni de... - traga saliva - Bueno... Ni de sentirte obligado a acostarte conmigo...

Yo ángel, tú demonio (Stolas x reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora