Capítulo 10 - La reunión de los amantes

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Unas horas antes de que Demonika se reuniera con Lute y Adán - Las ocho en punto - Castillo de Stolas:

El joven y ansioso príncipe se estaba dando un buen baño, feliz de lo que estaba por venir esa misma velada. Su querido Blitzi le había adelantado su cita de luna llena a esa misma noche. Y pese a que el ritual se realizaba cuando el satélite infernal estaba completo, eso no era un inconveniente muy importante. Él lo iba a pasar por alto esta vez. Conque lo vuelva a ver se conformaba y ya está.

Ahora que tenía el diamante que le había dado su mejor amigo Atlas, podría cumplir con su objetivo: arreglar las cosas con su amado. Gracias a él podrá mejorar su vida amorosa y así poner fin al conflicto que tenía. No podía estar más que satisfecho. Pronto ese hombre del que tanto estaba enamorado y él se fundirían en la pasión de la noche.

Deseando que llegara el momento, esperando que su amado Blitzi no tardara en llegar a las puertas de su morada, se puso a jugar un poco con las burbujas de la bañera. Y con el corazón ardiente, comenzó a cantar.

👆 Canción que canta Stolas

Stolas:
He estado sentado con los ojos bien abiertos detrás de estas cuatro paredes, esperando que llames...

Se revuelve el cabello en plan presumido, mientras se veía a sí mismo reflejado en una de las burbujas que sostenía con sus manos.

Stolas:
Es simplemente una existencia cruel como si no tuviera sentido esperar nada...

Le da un soplido a la espuma, deshaciendola entre sus dedos. Y recordando la primera vez que conoció a Blitzi, en esa carpa llena de luces, durante una salida que hicieron él y su padre cuando era pequeño, se le sonrojaron las mejillas.

Stolas:
Nene, nene, me siento loco, despierto toda la noche, toda la noche y todos los días...

Sonríe muy enamorado, acariciándose el cuello, sintiendo la humedad del agua cálida en su cuerpo emplumado.

Stolas:
Dame algo, oh, pero no dices nada
¿Qué me está pasando?

Loco de amor, se zambulle en el agua de espaldas, igual que un niño. No podía esperar a volver a ver a ese chico que tanto le gustaba. Estaba seguro de que él también sentiría lo mismo.

Posteriormente, procede a salir de su enorme bañera y a cubrirse con un albornoz. Con toda la seguridad del mundo, se acerca a su espejo y se mira fijamente. Tenía que demostrar a Blitzi que sí lo amaba, que no estaba jugando con sus sentimientos. De esa forma, quizás él dejaría de ser tan frío y le daría más importancia a su relación.

Debía de ser fuerte y ser sincero, de lo contrario lo perdería para siempre.

Stolas:
No quiero vivir para siempre, porque sé que viviré en vano...

Comienza a arreglarse, vistiéndose con sus mejores galas. Si esa noche iba a ser especial, tenía que impresionar a su amante de la mejor manera.

Stolas:
Y no quiero encajar en ningún lado...
Sólo quiero seguir llamándote por tu nombre hasta que vuelvas a casa...

Tras terminar de ponerse elegante, se dirige un momento al tocador de su baño, en el que tenía una cajita de plata. Con cuidado, la toma, la abre e introduce en ella, entre el terciopelo púrpura que la cubría por dentro, la joya angelical que le había dado antes Atlas. Era preciosa, brillante y de tono dorado. Se notaba que se trataba de una reliquia celestial.

Yo ángel, tú demonio (Stolas x reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora