La paciencia que le debemos al tiempo.

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Summer.

¿Cómo estará? ¿Hice bien al dejarlo?

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Teo.

Salgo al balcón por más que esté nevando. Cierro mis ojos sintiendo el frío, ¿y si solo le digo que se me complica estar sin ella?

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Summer.

Marta y las chicas me aseguraron que Teo está bien. Pero también me dijeron que es lo único que me podían decir ¿Hay más? Y si eso es malo.

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Teo.

Salgo a correr y sonrío divertido cuando veo al mismo hombre que compró los horribles bizcochuelos que Summer vendía. En ese entonces ya estaba cayendo por ella.

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Summer.

Salgo de la librería y miro con ilusión los marcadores que compré para usarlos en la escuela. Mi tío, mi prima y mis amigos me dijeron que están orgullosos de mí. Quiero creer que mi madre también, pero me queda la duda con una persona.

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Teo.

Escucho atento lo que explica el ingeniero durante la reunión. Con los chicos damos algunas sugerencias para el nuevo auto. Jack, sentado frente a mí, asiente con la cabeza cuando explico algo, o más bien doy una orden.

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Summer.

Miro a mi alrededor mientras almuerzo. Hay mucho silencio que por un momento me incomoda; quizá por eso trato de estar fuera de este lugar o con la mente ocupada. Porque vuelvo a ser consciente que esto se siente muy vacío conmigo sola.

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Teo.

¿Qué se me cruzó por la cabeza al creer que yo volvería a estar bien?

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Summer.

Vine a visitar a mi madre. A ninguna de las dos nos gusta el invierno, por eso trato de traerle flores para recordarle que en poco tiempo veremos de nuevo el sol.

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Teo.

Los chicos no discutieron cuando les dije que ya no quiera trabajar con James. Clara intentó disculparse, pero nunca la dejé hablar. Fui a la biblioteca y me senté en aquel alfeizar donde ella en sus tipos libros solía leer. La extraño, aunque está esta extraña sensación de querer adelantar el tiempo solo para volver a oír su voz. Sin embargo, recuerdo todo lo que yo debo mejorar para que eso suceda.

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Summer.

Rio junto a Caleb mientras estamos en nuestro descanso. La carretera que se ve a lo lejos está pintada con pequeñas lucecitas para iluminarla. ¿Por qué pienso que inverno no se puede hallar calidez?

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Teo.

Me alejo un poco para comprobar que el cuadro esté derecho. Tiene tantos colores que no sé si podría faltar uno, pero ahí está, colgado en mi pared. Sonrío porque después de tantos años viviendo aquí, recién ahora noto que necesita un poco de vida.

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Summer.

Sonrío cuando por fin acabé con el trabajo escrito que debo presentar en la universidad. Aunque a veces tenga que quedarme sin dormir para estudiar, no me siento perdida, al menos no respecto a lo que estoy haciendo con esto.

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Teo.

Miro atento el video siguiendo cada paso. El resultado: una increíble pizza. Qué tan cegado estuve que ni siquiera recordaba que cocinar me relajaba.

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Summer.

- ¿Cómo estás, Summer? – me pregunta mi tío. Sonrío, sin pensar.

- Bien.

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Teo.

- Hijo – mi madre me abraza -. ¿Cómo te sientes? – la miro a los ojos y en los míos no hay mentiras.

- Bien.

Hasta Que Lo Infinito Se Acabe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora