Hasta Que Lo Infinito Se Acabe.

Capítulo 6/ Viejos y nuevos sentimientos.

Summer.

- Tienes un rostro perfecto para maquillar - ¿debo agradecerle a la maquiladora por eso?

Ella se hace a un lado para que pueda ver el resultado y debo admitir que no está nada mal; tanto el peinado y el maquillaje hacen una combinación perfecta. Las chicas aún les queda los últimos retoques, entonces yo aprovecho para ponerme el vestido.

Fue un día largo. Ser dama de honor es estar hasta en lo último con la novia y desde temprano hemos estado con Amber; llorando, riendo e incluso hasta enojándonos junto con ella. Así que la maquilladora en verdad hizo un gran trabajo para ocultar mis ojeras. El vestido, con los últimos arreglos que le hicieron, me queda perfecto. Sin tela de más o de menos.

Todas aplauden cuando salgo vestida y giro mientras rio. La única que queda para ver es Amber, sin embargo, la puerta no tarda en abrirse mostrando a una novia realmente hermosa. Menos mal que el maquillaje es aprueba de agua; todas corremos llorando para abrazarla.

- ¿Todo está en orden afuera? – pregunta ella cuando nos separamos. Asentimos, aunque ninguna ha salido a chequear que sea así.

- ¿Pueden ver de nuevo? Necesito que todo esté bien, y que Jack aún sigue aquí.

Asiento lentamente porque yo estaría igual de nerviosa que ella. Sin embargo, todas me miran a mí, esperando a que me mueva.

- ¡¿Tengo que ir yo?! – abro mis ojos desorbitadamente cuando Amber comienza a llorar desconsoladamente ante mí.

- ¡Solo quiero saber si mi esposo no me abandonó en el altar! – todas corren a socorrerla para que no se arruine el maquillaje y me miran a la espera de algo.

- Pero...

- ¡Ve!

- ¡Bieen!

Huyo de ahí rápidamente, absolutamente todas se volvieron locas.

Amber organizó para que su boda fuera en un hotel, y ya que es invierno lo hacen en un salón de este lugar. Camino hasta la habitación de Jack y espero para que me atienda el novio y me diga que no abandonará a su novia para calmar a la loca hormonada que me gritó.

Pero creí oír al universo burlase de mí.

De todos los que me podían abrir la puerta, lo hace la ultima persona que yo quería ver en este momento.

Creo que ambos estamos tensos y sorprendidos mirándonos a los ojos. Debo despedirme de la idea de evitar a Teo hasta que comience la ceremonia. Si me preguntan si sigo respirando, pues no lo sé. Incluso se me olvidó cómo parpadear.

Si una persona te hace sentir algo, entonces jamás dejarás de hacerlo. No importa si eso que sentías cambió.

Sabía que iba a verlo, me lo mentalicé para que luego no me sorprendiera. Pero heme aquí parada, aturdida y con la respiración volviéndose cada vez más errática por estar viendo el verde intenso de los ojos de Teo. No sé qué pasa por su mirada, tal vez todo y como siempre trata de ocultarlo. Es el primero en recomponerse y erguirse correctamente mientras aclara su garganta.

- Hola – mi voz sale afectada.

Es raro. Hace meses me ponía contenta con solo verlo, no tardaba en saltar a sus brazos, esperaba ansiosa escuchar mi nombre en su voz y esperaba ansiosa a que algún día me dijera "te quiero". Sin embargo, ese día no llegó, todo lo que sentía cambió drásticamente y actualmente sigo queriendo la parte que me ilusionó y odio toda la realidad que me mostró.