Capítulo 9/ El miedo verdadero oculto en otro.

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Summer.

- ¿Por qué yo haría eso? – pregunta mi encargado con sus brazos cruzados. O lo que puede hacer debido a su muy redonda panza.

- Porque soy buena trabajadora y pagaré todo con mi trabajo.

Gracias a él siempre debo abotonar mi uniforme hasta el ultimo botón, ya me pasó una vez que se quedó mirando mi escote de una forma muy indiscreta. Peina su asquerosa barba mientras me analiza y piensa. Paso el peso de mi cuerpo de una pierna a la otra, impaciente porque necesito una respuesta ahora.

- Te daré ese dinero – levanta un dedo cuando me ve sonreír –, pero pagarás lo prestado con horas extras – y adiós a mis horas de sueño.

- Está bien.

- Vuelve a tu trabajo.

Agarro la bandeja con un par de cervezas y me camino hasta la mesa que las ordenó.

Ya tengo una parte del dinero reunido para pagar los impuestos del edificio. Me queda pedir aquel préstamo y solo me quedaría un pequeño porcentaje para completar el monto. Todo esto me tiene ansiosa.

Suspiro cuando es mi hora de descanso y salgo a la parte de atrás buscando a Caleb. Se encuentra fumando y mas serio de lo normal. Todo este tiempo siendo su amiga me sirvió para conocerlo mejor.

- ¿Qué sucedió con esa chica? – me mira cuando me paro frente a él. Escondo mis manos en los bolsillos de mi campera, no me sorprendería que en cualquier momento comience a nevar.

- No lo sé -contesta un poco molesto y frunciendo su ceño.

- Vaya, ¿Quién de los dos complica las cosas?

- Creo que los dos.

- ¡Buu! – abucheo –. Ya anímense de una vez.

- No es fácil.

- Claro que lo es.

- ¿Tú te animaste con el hombre a quien quieres?

Si supera que lo besé sin avisarle...

- Claro, porque fui valiente. No como tú – me mira mal y yo le saco mi lengua. Al menos logro sacarle una sonrisa.

- ¿Por qué pediste adelanto? – pregunta cambiando de tema.

- Ah, porque tengo un par de deudas.

- Tengo un poco de dinero ahorrado.

- No, mi amigo. No hace falta, ya pronto tendré todo lo que necesito.

Nos quedamos en silencio; él fumando y yo mirando la carretera que está a lo lejos. Al suspirar, un poco de vaho sale por mi boca producto del frío y sonrío divertida. Aunque no me gusta el invierno y creo que éste siempre tiñe todo con un poco de tristeza, también es lindo. Es depende si le presto atención y no me quedo con lo primero que veo.

Regresamos dentro y veo una foto suya en la televisión. Solo lo miro con curiosidad; Teo se aferra mucho a eso de no demostrar lo que siente, por razones entendibles. Nadie quiere ser dañado, pero en eso que oculta se pierde muchas cosas, además de disfrutar realmente la vida. Es como si se perdiera de la belleza de una flor solo para no sonreír y no demostrarles a los demás que tiene una debilidad por ella.

Sacudo mi cabeza y me pongo a trabajar.

Otra cosa que me generó mucha curiosidad: no hubo nada cuando vi su foto, no me movió nada. Solo quise entender algo que puede que con el tiempo lo descubra. Pero ese enfado, ese aceleramiento de los latidos de mi corazón, esa sensación en mi estomago no estuvieron. Nada, literalmente nada; pero mi pregunta es ¿eso es bueno o malo?

Hasta Que Lo Infinito Se Acabe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora