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Despierto y reviso que la morena en mi cama aun respire, después me dirijo hacia el baño para ducharme y cambiarme para salir

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Despierto y reviso que la morena en mi cama aun respire, después me dirijo hacia el baño para ducharme y cambiarme para salir.

Mientras me coloco mi reloj y mi saco la admiro dormir, lo mejor sería que no despertara por ahora, sabia lo jodido que era despertar con una costilla rota no me imaginaba lo que ella sentiría con siete de ellas y aun el dolor de los golpes y la pierna.

Los golpes en la puerta hacen que me dirija hacia ella para abrirla y ver a la chica de limpieza que ayer se encargo de ella.

- Lamento interrumpir señor, pero me enviaron para limpiar la habitación – dice tímidamente

- ¿Cómo te llamas? – pregunto mientras la dejo entrar

- Ana señor – dice mirándome

- A partir de ahora no trabajaras mas en la limpieza – demando mientras tomo mi celular

- Señor yo lamento si hice algo que no debía, pero por favor necesito el trabajo – dice tras de mi con angustia en su voz

- Tranquila – digo – A partir de ahora te encargaras solo de ella, cualquier cosa que necesite tú la ayudaras y no harás nada más de lo que ella te pida, los únicos que te pueden ordenar algo soy yo y ella, por ahora no podrá salir así que la mantendrás aquí y cuidaras de ella – ordeno haciéndole asentir – No te preocupes por la paga, hablare para que suban tú sueldo – digo para finalmente salir de la habitación

Mientras bajo las escaleras me encuentro con Amanda al final de las escaleras.

- ¿Qué haces aquí? – pregunto sin ninguna emoción en mi voz y sin siquiera mirarla

- ¿Ahora dormirá en tú habitación? – pregunta con molestia – ¡¿A caso planeas hacerla tú esposa?! – grita haciendo que niegue con fastidio

Me acerco a ella para tomarla por el brazo con fuerza.

- Que sea la ultima vez que vuelves a gritarme – demando con molestia para soltarla bruscamente – Ahora lo que haga o deje de hacer no es tú maldito asunto, mantente en tú jodido lugar sino quieres que te saque a arrastras de aquí – amenazo para finalmente salir de la casa

Camino hacia mis hombres que esperan mis ordenes junto a Viktor y Ali.

- Lleven a los nuevos a el limite de la propiedad, donde dispararon a la chica – demando haciendo que todos se dispersen menos Ali y Viktor que me miran seriamente

- Mikel – dice Viktor antes de que comience a caminar

- ¿Qué pasa? – pregunto cansado

- Tiene que ver esto señor – dice Ali entregándome una Tablet donde comienza a reproducirse el video de la bodega

- Ese cabrón – digo con molestia mientras aprieto mis puños con rabia

- Al parecer trato de violarla antes de que ella comenzara a luchar – dice Ali

No diría que era algo nuevo para mí, en los burdeles y compras algunas veces se veía eso, pero en cuento a mi orden eso no era permitido, podía ser un asesino, pero jamás un violador, las mujeres compradas y subastadas eran tratadas con respeto y eran sacadas de ese tipo de lugares por mis hombres para finalmente solo poderles ofrecer ser vendidas a una buena organización para trabajar en el servicio o incluso ser esposas de algunos hombres de diferentes organizaciones.

- Llévenlo a donde ordene – demando mientras le entrego la Tablet a Ali

- ¿Qué harás con él? – pregunta Viktor cuando nos quedamos solos

- Lo que se le hace a un violador traidor – digo sacando mi arma para cargarla y comenzar a caminar hacia donde mis hombres esperaban

-         Lo que se le hace a un violador traidor – digo sacando mi arma para cargarla y comenzar a caminar hacia donde mis hombres esperaban

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El dolor agudo en mis costillas y pierna era mucho mas agudo que el de mi cuerpo y rostro cuando desperté.

- Señorita debería de no moverse – rápidamente una voz como unas manos me detienen de intentar acomodarme en la cama en que me encontraba

- ¿Dónde estoy? – pregunto raposamente al sentir mi garganta seca

La chica a mi lado rápidamente me ayuda a tomar agua de un baso de vidrio.

- Se encuentra en la casa del señor, él la trajo personalmente ayer y dio ordenes de que aquí se quedaría mientras se recupera – me explica mientras me regala una media sonrisa

Miro a mi alrededor y puedo percibir rápidamente que es una habitación de hombre por los colores negros y la elegancia de cada mueble como el olor a perfume caro masculino.

- Me duele mucho el cuerpo – digo conteniendo las lagrimas que amenazan con salir de mis ojos

- Es normal, tiene siete costillas rotas y una herida de bala, así como golpes, pero el doctor dejo tranquilizantes y medicina para el dolor – dice mientras se levanta para tomar unas pastillas que se encuentran en una pequeña mesa de cristal justo al lado de la cama que se encuentra rodeada por sillones negros

- ¿Cómo te llamas? – pregunto con dificultad mientras intento respirar normalmente pero el dolor me lo impide

- Ana, seré la encargada de sus cosas, el señor me lo ordeno, a partir de ahora seré su enfermera y ayudante personal – dice con una sonrisa mientras me ayuda a tomar la pastilla

- Creí que era una prisionera – digo recostándome lentamente

- Le diré algo – dice bajamente haciendo que la mire con atención mientras comienzo a sentir como mi cuerpo comienza a dormirse tal vez por la pastilla tan fuerte – El señor puede parecer malo y aterrador, pero a pesar de todo esto que lo rodea él es bueno – dice con una media sonrisa

- Jamás creí que fuera así – digo sinceramente

- Créame si intenta ser buena con él tal vez pueda lograr salir de aquí – dice tomando mis manos con fuerza 

LA ORDEN NEGRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora