Dicen que la sangre encontró al inocente y el asesino encontró a su redención...
Mientras el fuego los consumía ambos danzaban justo en la oscuridad...
Las llamas los alcanzo finalmente para ambos contar su amor a la muerte...
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MIKEL HOXHA
Había salido muy temprano para arreglar algunos asuntos de uno de mis casinos, pero cuando regresamos veo que Viktor me espera en la entrada de la casa con una cara de no muy buenos amigos.
- ¿Qué paso? – pregunto en cuento bajo de la camioneta
- Se escapo – dice haciendo que mi sangre hierva
- ¡Te di una maldita orden Viktor! – grito con molestia mientras comienzo a caminar hacia la bodega que se encuentra a máximo 50 metros de la casa
- ¡Señor! – la voz de Zamir hace que me detenga cuando lo veo con los idiotas que se suponía estaban a su cargo
- ¡Tú responsabilidad era cuidarla idiota! – grito con rabia mientras lo estampo contra lo primero que encuentro
- ¡Señor no se de que me habla! – grita alterada
- ¡La chica escapo! – grito con rabia mientras lo empujo haciendo que caiga en el suelo
- ¡Señor de que habla! – grita otro de los hombres - ¡Bilal nos dijo que usted quería vernos, que él se quedaría a su cuidado! – grita haciendo que la rabia me consuma mas
- ¿Cómo sabes que escapo? – pregunto a Viktor tratando de entender la jodida situación
- Yo vi la puerta abierta señor – dice Marko uno de mis cuervos tras Viktor
- ¡Ayuda! – unos gritos desesperados hacen que sin perder tiempo corra hacia donde provienen con ellos tras de mi
Me detengo cuando los gritos paran quedando, así como idiota parado en medio de la nada.
Unos segundos después un disparo hace que identifique de donde viene y corra hacia allá.
- Mikel – dice Viktor bajamente cuando me quedo paralizado al ver a la morena sangrando del rostro como de su pierna derecha arrastrarse hacia la pared del limite de la propiedad mientras llora desesperadamente
Veo a mis hombres detener a Bilal mientras la morena tiembla en el suelo llorando, haciéndole ver tan vulnerable.
- ¡Llévenselo de aquí! – grito cuando tomo el mando de la situación
Viktor como yo nos acercamos rápidamente a la chica que sostiene su pierna mientras llora y tiembla.
- Tenemos que hacer un torniquete – dice Viktor preocupado
Ambos estábamos en blanco, bajo mi mandato jamás habíamos maltratado a una mujer, si pudiera ser un hijo de puta para subastarlas o traficarlas, pero jamás había permitido golpear o siquiera intentar tocar a una de ellas sin su consentimiento.
- ¡No me toquen! – el grito de la morena hace que quite rápidamente mi saco para colocarlo en sus hombros - ¡No quiero que me toquen! – grita cuando intento siquiera tocar su mano para alejarla de su pierna sangrante