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• Maritza F

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• Maritza F. Sánchez

Hyunjin dirigió la mirada a la entrada viendo así al hombre que le dio la vida y al hombre que más detesta, porque claro, ¿cómo odiar al hombre que te dio la vida? muchos los hacen porque tienen un pequeño resentimiento por algo tan simple como que no los dejaron salir un día de fiesta y claro que era completamente estúpido.

Pero en la perspectiva de Hyunjin y las pocas personas que los rodeaban y sabían el trato del Hwang mayor con el menor, el odio del menor estaba totalmente justificado.

— Padre — mencionó con una voz seria.

—¿De quién estabas hablando? — volvió a preguntar el señor Hwang.

Hyunjin lo vio a los ojos. — De nadie — era obvio que no diría nada sobre Felix, no necesitaba un problema aún mayor. — En fin, ¿para qué me querías?

Su padre lo vio con una mirada sospechosa. — Solo quería decirte que he hablado con el señor Belousov y está interesado en ir al club, así que vendrá en unos días y necesito que lo lleves — se sentó en un sofá y uno de los trabajadores le paso un vaso de cristal con alcohol. — Es alguien muy importante, de los mejores mafiosos en rusia y de los mejores en todo el mundo. Además, quiero que te hagas cercano a él y ya de paso podrá presentarte a su hija, es alguien bonita, de buen cuerpo, tiene casi tu edad...

— No me interesa — interrumpió a su padre.

El señor Hwang lo volteo a ver haciendo contacto visual con Hyunjin. — ¿Qué dijiste? — pregunto con un notable enojo.

— Lo que escuchaste — mencionó Hyunjin con seguridad. — No me interesa tener una relación, menos con alguien que no conozco y que sinceramente no me interesa.

Y una risa se escuchó en la sala, esa risa que hacía estremecer y temer a más de uno, incluido a Hyunjin que en esos momentos se regañaba internamente diciéndose que hubiera cerrado la boca. — Hyunjin, no fue una pregunta — Hyunjin paso saliva, pero nunca bajo la cabeza. — Lo que te ordeno lo haces, ¿o necesito recordártelo? 

— No, padre — trato de decir con una voz tranquila, pero el temblor en su voz se pudo notar.

El señor Hwang suspiro. — Déjenos solos — todos salieron, por su parte Mingi vio a Hyunjin como preguntando si quería que se fuera o no, Hyunjin logró entender y solo asintió, así que Mingi salió no sin hacer una reverencia de despedida al mayor. — ¿Qué es lo que me ocultas?

— Nada — fue lo único que pudo decir.

— ¿Nada? — soltó una leve risa y bebió todo el alcohol. — Soy tu padre, yo te crie, yo te enseñé todo lo que sabes, por mi eres lo que eres, te he tenido pegado a mí tus 22 años de vida, ¿y crees que puedes mentirme? 

Hyunjin soltó una leve risa. — No soy como tú, tampoco seré como tú, así que si no te quiero decir algo no tengo porque decirlo, ya deberías estar conforme con que haga lo que quieres ¿o no? 

Club Del Diablo || HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora