• Maritza F. Sánchez
Todos vieron al señor Hwang quien dejo de aplaudir y puso sus manos dentro de sus bolsillos.
— Seño Hwang — el administrador se acercó e hizo una reverencia. — No aviso que vendría —dijo casi en un susurro.
— ¿Por qué debería hacerlo? — respondió sin quitar la mirada de Hyunjin. — Soy el dueño y tú un simple empelado.
El administrador bajo la cabeza. — Si, señor.
El señor Hwang se puso frente a todos. — Un gusto verlos aquí, espero se estén divirtiendo y el trato sea el correcto, pero por esta noche esto termino, les agradecería que me dieran un tiempo para conversar con mi personal.
Eso dejo en un pequeño estado de confusión a todos, sin embargo, también todos sabían que no era una pregunta, ni mucho menos era una opción quedarse, era de irse o irse a sus respectivos dormitorios. Por lo que todos comenzaron a dejar el área del club y después de unos minutos, el lugar quedo fuera de clientes y solo estaban el señor Hwang, Hyunjin, los empleados y los esclavos.
— Sal de ahí — dijo el señor Hwang a Hyunjin quien salió del ring. — ¿Quién hizo esta pelea? — vio a los empleados quienes mantenían la mirada abajo. — Hice una pregunta — alzó la voz y dio un disparo al techo.
Todos temblaron de miedo, menos Hyunjin. — Fui yo — dijo Hyunjin ya frente a su padre. — Yo hice está pelea.
Su padre tenso la mandíbula e inmediatamente con la pistola dio un golpe a Hyunjin en la boca haciéndolo sangrar. — Te gusta humillarte, ¿no? — le dio otro golpe. — ¿Así es como cuidas al apellido Hwang? — tomo los cabellos de Hyunjin.
— No hagas esto aquí — susurro Hyunjin por la vergüenza que le hacía pasar su padre.
El señor Hwang sonrió. — ¿Esto es lo qué querías no? — soltó a Hyunjin. — Sabias perfecto que al entrar en ese maldito lugar ponías el apellido muy abajo. ¿Sabes lo decepcionado que estoy? — negó con la cabeza — el señor Hwang se dio la vuelta y fue a donde sus guardias. — Arrodíllate — le indicó a Hyunjin quien solo obedeció.
Luego el señor Hwang se acercó con un cinturón. — No creo que esto sea demasiado, cuando pones el apellido en ridículo — en cuanto termino de decir eso el cinturón se fue a estrellar a la espalda de Hyunjin haciendo asustar a todos. — Repite las reglas del apellido — dio otro golpe. — Dilo.
Hyunjin presiono los puños mientras sentía como era golpeado. — Matar sin piedad — otro golpe. — Torturar sin remordimiento — otro golpe más. — Mierda, no puedo seguir — intentó levantarse, pero un golpe en su pierna lo hizo caer nuevamente.
— No puedo creer que seas mi hijo — esto hizo que todos se sintieran mal, mientras que Felix se enfureció y Hyunjin era algo a lo que estaba acostumbrado a escuchar. — Lárguense todos.
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Club Del Diablo || Hyunlix
أدب الهواةEl club del diablo. Un lugar en el que ser espectador es una cosa maravillosa, pero ser un trabajador, preferirías morir que estar ahí. - Historia finalizada. - Contenido sensible. - Contenido sexual. - Lenguaje fuerte/obsceno. - Final "feliz" Inici...