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• Maritza F

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• Maritza F. Sánchez

Ya ha pasado un año y la envidia comenzaba a crecer con Felix, las chicas y algunos chicos que se hacían llamar sus amigos comenzaban a hablar mal de él, solo eran contados los que estaban felices por Felix, entre ellos Soyeon, que era la más feliz de que el rubio dejará de pasar por un momento todos esos malos y dolorosos momentos.

Ahora y como ya era costumbre Felix y Hyunjin se encontraban en la habitación del pelinegro viendo una serie.

— Oye, Felix — el nombrado lo volteo a ver. — Siempre he tenido la duda de ¿qué hacías cuando te encontraron para traerte aquí? 

Felix volvió a dirigir la mirada a la televisión. — Pues, la verdad es una tontería — soltó una leve risa. — Yo había tenido una discusión con mi padre.

— Felix ya te lo he dicho, no puedes faltar más a clases, estas a punto de ser expulsado y no he pagado 10 mil dólares cada mes para nada — su padre estaba cansado de la misma pelea

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— Felix ya te lo he dicho, no puedes faltar más a clases, estas a punto de ser expulsado y no he pagado 10 mil dólares cada mes para nada — su padre estaba cansado de la misma pelea. — Debes de pensar en ti, en tu futuro, no siempre podremos darte el dinero o los lujos de los que has estado disfrutando toda tu vida. No cometas errores de los que te puedas arrepentir.

Felix sonrió. — ¿Así como tú? 

Su padre dio un suspiro. — Sabes que no me gusta y créeme que sé que cometí un gran error, pero no sabes cómo me arrepiento y de los que daría porque esto fuera diferente.

— Si, pero no puede serlo — Felix sentía un nudo en su garganta. — No puedes traer de vuelta a mi hermano, no puedes traer de vuelta a mamá, no puedes traer de vuelta la confianza que teníamos, no puedes traer de vuelta el amor de esta casa. No podemos ser como antes, porque esta familia está completamente rota y no podemos ser como antes, nunca podremos serlo — su padre solo se dio la vuelta y tomo su mochila. — Ves, siempre evitas esta conversación, siempre te vas, tienes tiempo para tu trabajo, pero nunca para ponerte a escuchar como estoy, así no sé cómo esperas que pueda confiar en ti.

Su padre se volteo a ver. — Las cosas pasaron y no se pueden cambiar. También tengo muchos problemas tanto en el trabajo, como en la familia, en la casa y no puedo con todo, lo único que te estoy pidiendo es que pongas esfuerzo en tus estudios. No te pido las calificaciones perfectas, pero sí que puedas terminar tus estudios.

Club Del Diablo || HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora