CORRESPOND TO ME - BAJIFUYU

04

—¿A qué huelo yo?

—Quita.

Chifuyu aparta el rostro de Baji cuando su visión es tapada por una parte del cuello de su mejor amigo. Le empuja por la frente arrugando el ceño, maldiciendo por rayar de más la hoja de cuaderno por accidente.

Borra la hoja con poca delicadeza, soltando una maldición.

Baji da un silbido mientras mete sus manos a los bolsillos de su flojo pantalón, diciendo que su madre no aprobaría ese vocabulario. Chifuyu chasquea la lengua.

Keisuke se siente repentinamente molesto. Observa a Chifuyu como si esperara quemarle el cuero cabelludo con la mirada, pero su amigo no despego la vista del cuaderno sobre sus rodillas, así que supuso que no conseguiría su atención, y tampoco lo intento más. Ninguno hizo la tarea para la clase a pocos minutos de iniciar, y el profesor tiene la costumbre de escoger a Chifuyu para que resuelva los ejercicios en la pizarra. No es el mejor alumno de la clase, pero no le gusta las pintas que trae, así que siempre se encarga educarlo.

Con Baji se rindió. No soportaba ver el insulto que el expresaba hacia las matemáticas.

—¿Porque no quieres decirme a qué huelo? —Lo molesta, nuevamente. Si Chifuyu hubiera levantado la mirada lo hubiera visto con las cejas juntas. No es que lo hubiese intimidado, en todo caso.

A veces le molesta que Chifuyu actúe tan desinteresadamente a temas como esos cuando él quiere hablarlo. La mayor parte de los de su clase ya se habían presentado, solo Chifuyu y un idiota cuyo nombre no recuerda son omegas, pero tampoco los únicos en la escuela. Desde que ese es un tema que se esta tratando en el colegio, Chifuyu lo evade como la plaga.

—¿Porque no le pregunta a alguien más? De todos modos, no es que no lo sepas. —Repara en ello, como si fuese obvio. No levanta la mirada, y sigue haciendo los ejercicios. Aun así, puede imaginarse muy bien la cara de Baji.

—Pero algo ha cambiado, mi mamá me lo dijo, quizá porque estoy haciéndome más grande mi olor está haciéndose más presente. Anda, los chicos quizás tarden en darse cuenta, y si se los pido se burlarán de mí.

—Y a mí solo me estás molestando, no huelo una maldita cosa.

—Eres de lo peor.

Las vacaciones de invierno habían acabado y aunque no era algo usual, Baji y Chifuyu no se vieron durante casi una semana porque el alfa estaba castigado. Baji siempre fue un niño conflictivo, pero últimamente los pleitos estaban siendo mas frecuentes en las calles.

Cuando finalmente su madre dejo ir a Chifuyu a casa, lo primero que noto cuando lo saludo fue que su aroma se había intensificado. Un corto abrazo, y una palmada en la espalda, eso fue todo. Dos segundos de contacto fueron suficientes para que Baji se congelara unos segundos sorprendidos, aunque lo disimulo muy bien, desde luego.

No toco el tema, y lo ignoro bastante bien por el resto de la tarde, pero cuando Chifuyu se marchó a su casa y el se quedo tirado en la cama en la oscuridad, lo medito antes de dormir. Llegó a la conclusión de que estaba tan acostumbrado a estar con Chifuyu que a veces no era consciente de su aroma. Eso, o que su amigo estaba madurando.

Lo pensó un segundo más, preguntándose a si mismo porque el aroma de Chifuyu a veces rondaba por su cabeza. No fue una discusión interna admitir que le agradaba, porque lo hacía, y siempre fue de ese modo. Recordaba la primera vez que se dio cuenta de él, casi cae de trasero al suelo y a la noche cayó enfermo, también fue vergonzoso para él, pero para su suerte nunca hablaron de ese tema.Luego se preguntó si Chifuyu se sentiría igual respectó a él y su aroma, si notaba sus cambios tal como él lo hacía con él.

Al día siguiente solo se encontró una pared ante sus dudas, y eso le molesto. Todas las respuestas de Chifuyu a sus preguntas durante el día fueron negativas. Pero como siempre, no lo demostró.

Más tarde al caer la noche, Chifuyu comenzó a estornudar mientras veía la televisión.

Maldijo nuevamente. Sehabía resfriado. Pensándolo bien, tampoco pudo oler la miel en su desayuno.