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16 años

The police sonaba a través de los parlantes de su ordenador. Los días de invierno estaban llegando a su fin, y el sol iluminaba los días con más fuerza.

Tatareaba al compás de la canción mientras se miraba al espejo atentamente. Amarró partes de su pelo con pasadores de su mamá, trazando una línea imaginaria al costado izquierdo de su cabeza. Encendió la máquina y de a poco comenzó a cortar su cabello.

Por el reflejo del espejo vio una sombra oscura moverse. Se asusta, y la máquina cae al suelo.

Cuando reconoce esa cosa que entraba por su ventana, se alivia. A veces podía escuchar sus pasos acercándose, pero esta vez no.

—¡Oye!¡Basta de entrar por la maldita ventana!—Grita encabronado.

Se enoja cuando le asusta, pero en realidad le da igual. Si no, la mantendría cerrada todo el tiempo. No es así.

—No seas escandaloso.—Le saca la lengua. Había agarrado la maña de levantarle el dedo cada vez que lo saludaba, porque es lo que hacía con Kazutora. Lo hacía, porque un día Chifuyu le dobló el dedo hasta casi zafarlo.

De pronto se queda ahí, viéndolo sin camisa, con la mitad del pelo afeitado.

—¿Porque no traes ropa?—Le pregunta, viendo sus jens colgar flojamente de sus caderas. El no solía andar sin camiseta por su casa, era tan reservado que hasta le era extraño exponer su cuerpo. Algunas veces.

—No seas imbecil. Dentro de tu cerebro hay imágenes mis en pañales pero que no puedes recordar. ¿Qué haces aquí?

Le da la razón. Ladea la cabeza y camina dentro de la habitación quitándose los zapatos. Trae calcetines diferentes.

—El gym está bien.—Comenta, dándole una mirada rápida. Chifuyu parece estar diferente cada vez que lo ve. Algo cambia, quizá es la pubertad, pero Chifuyu no parece un omega si lo observas sin conocerlo, y olerlo. Ha madurado mucho.

—En unos meses seremos igual de fuertes.

—Suéñalo.—Molesta, pero no le parece imposible. Chifuyu es bueno. Su fuerza y capacidad de pelea han aumentado mucho. Antes no le importaba mucho protegerse la cara cuando luchaban, ahora si. Nunca ha sido de mano blanda, pero últimamente es más fuerte de lo normal.

—¿Viniste porque estabas aburrido? Creí que dijiste ibas a salir.

—Ah no. Algo pasó y quería contártelo.—De un salto se sube a la cama de Chifuyu y se sienta con las piernas cruzadas. Chifuyu cree que se ve como un cachorrito.

—¿Que diablos hiciste ahora?

—No hice una maldita cosa.—Se ofende.

—¿Entonces?—Chifuyu recoge la máquina, y lo observa atentamente. Keisuke rueda los ojos ante su poca paciencia. Es por eso que no veían películas de suspenso, Chifuyu quería saberlo todo de inmediato.

—¿Porque no te cortas el pelo en el baño?—Cambia el tema al ver todo ese cabello tirado en el suelo.

—Aún no cambió el foco que Takemichi rompió. Y la luz del otro baño es mala.

El rostro de Keisuke se arrugó. Detesta la palabra Takemichi en las oraciones.

—¿Porque lo traes a tu casa?

—Porque es mi casa. Duh. Y es mi amigo. Tu llevas a Kazutora a la tuya.

—Porque no le gusta estar en la suya.—Lo defiende, intentando decir que el si tiene razones.

CORRESPOND TO ME - BAJIFUYUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora