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16 años

—Lo estás haciendo bien Chifuyu, sigue así.

El hombre deja unas palmadas más toscas de lo que él piensa sobre la espalda de ese muchacho de ya dieciséis años. El le sonríe a través del espejo, acostumbrado a su mano pesada. Ante la irrupción se desconcentra, y deja las pesas en el suelo.

Los brazos le tiemblan, y toma aire intentando relajar sus músculos.

—¿Eres tu, Chifuyu? Qué guapo eres.— Se mira en el espejo, y se ríe de si mismo.

La vanidad estaba siento parte de su personalidad. Solía molestar a Baji diciéndole que él ni con los ojos azules que él traía podría tener todo su arrastre.

Y es que, Chifuyu estaba siendo muy popular. Era en partes bueno, y en otras malas. Cuando una de las pocas mujeres alfa en el colegio se le confesó detrás de la escuela y le robó un beso hace cuatro meses, tuvo una revelación. Al inicio se molestó, aún no cómodo con su naturaleza, se irritó. Últimamente también estaba teniendo mucho de eso, irritación. Pero no más que Baji.

Lo medito mucho tiempo y decidió que no iba a molestarse por esas cosas. Ya no podía cambiar lo que era. Pero los hombres eran mucho más imbeciles, por lejos, que las mujeres. Ha sido suspendido tres veces por pelear, y es que, algunos creen que tienen el derecho de acercarse descaradamente a olfatearlo como si fuese algo que le gustara. Lo odiaba. Aprendió a dar buenos primeros golpes, lo suficientes para aturdir al momento y asegurar su ventaja. No volvería a perder ante nadie, pero por suerte, los imbeciles en su colegio podían ser más fuertes, pero no muy inteligentes.

Aún así, recibía bien la atención. Era amable con las niñas, y dejó de gritarle a los chicos que tan solo lo miraban en el corredor.

Baji suele decirle que a él no le importan esas cosas, que su único interés es su moto. Le cree. Pero ya no le cuenta mucho esas cosas. No al menos de que le hizo pedacitos una carta, le lanzo al basurero unos chocolates, e inicio a gritarle también a cada tonto que se le acercaba demasiado.

Desde lo ocurro esa vez, Baji cambió también. Era gracias a él en parte su constancia en el gimnasio, incluso a veces lo acompañaba solo para que lucharan juntos. A Chifuyu le gustaba ver su sonrisa orgullosa cada vez que le daba un golpe doloros. Pero él recibía muchos también, su mejora se debía a que nadie se reprimía cuando entrenaban con el, mucho menos Baji.

¿Te gustaría también que yo me acercara a ti para intentar olerte como un maldito acosador, gran pedazo de mierda?— Lo más sutil que le había dicho a alguien. Decidió que Baji estaba teniendo muchos problemas por su propia cuenta, como para que también él fuese una razón para tener aún más.

Dejo el espejo y ordeno las pesas, había sido suficiente por ese día.

Desde lo ocurrido aquella vez, había tomado la decisión de volverse más fuerte. Había cambiado las clases de artes marciales por el Boxeo, y las máquinas del gimnasio, y ha sido constante por los siguientes meses. Le ofrecieron unirse al equipo de forma oficial, pero pelear de forma profesional no estaba dentro de sus planes. Para el, y a desgracia de su entrenador era un pasatiempo.

Moja la toalla y la pasa por su rostro y cuello intentando alejar esos rastros de sudor. En eso, la campanilla de la puerta suena y por inercia mira hacia allá. Rueda los ojos y se apresura a recoger sus cosas cuando ve a Kazutora Hanemiya, el nuevo amigo de Baji entrar en ropa deportiva.

Lo detesta. Le cae mal. Lo golpearía si pudiera. Quizá una vez lo hizo tropezar.

Maldice. Ahora resulta que también comparten gimnasio.

Toma sus cosas y se escabulle lejos de él. Siempre se acerca con esa sonrisa tonta que tanto odia.

Al inicio Baji le contó de su nuevo amigo. Dijo que le pareció genial, y para Baji nadie es genial. No le dio
mucha importancia, pero luego comenzó hablar de él mucho más a tal punto en que lo hizo sentirse levemente remplazado.

Por suerte, no iba a su escuela.

Fingía sonrisas cuando le contaba de sus salidas, porque sentía una leve incomodidad en su estómago cada vez que le mencionaba su nombre. Nunca entendió porque. Pero decidió que era porque no le daba buena espina.

Finalmente lo conoció una noche, salieron todos juntos a comer algo, y luego dieron unos paseos en moto. Invitó a Takemichi también, y como ninguno tiene la suya propia, fue con Baji y Manjiro se ofreció a llevar a su asustadizo amigo.

A Baji no le agrada Takemichi. Pero no es sorpresa, a Baji no le agradaba nadie. O casi.

No quiso buscar la razón cuando el alivio remplazó la incomodidad en su estómago cuando se dio cuenta de que Kazutora era un beta. No había querido preguntar por eso, no quería parecer interesado. Pero aún así lo detestaba, desde que Baji lo conoció, comenzó a meterse en muchos problemas en la calle. Al parecer Kazutora no era muy querido, y tenía una idea de porqué.

Al salir del gimnasio se encontró a Mirka Lee caminando. Es la alfa que lo beso. El le aclaro que no había interés por su parte en su momento, y ella lo acepto muy bien. Se saludaron sin problema, ella le dio un cariñoso abrazo y se despidieron para seguir cada uno con su amigo. Ese tipo de cosas no lo hacían sentir incomodo. Le agradaba Mirka.

Nota cuando se acerca a la tienda de motos que tiene el hermano mayor de Mikey. Siempre qué pasa por fuera echa un vistazo, la mayoría de las veces esta Shinichiro, Draken, y otro omega llamado Inui trabajando.

Se asusta cuando la puerta se abre casi dándole en la cara.

—Mierda.—Se queja.

—Carajo, casi te aplasto esa cara flacucha. ¿Qué haces aquí?—Rueda los ojos. Es Baji.

—Me voy a casa.—Levanta un hombro para sacudir su mochila. Baji entiende que viene de entrenar.

—Te acompañó. Nadie me quiere aquí, así que ¡Me voy!—Abre la puerta otra vez y grita hacia dentro. Chifuyu ríe cuando escucha a Draken devolverle una grosería.

El pelo de Baji está cada ves más largo, así que lo trae atado en una coleta. Le gusta jugar a veces con el, pero Baji se queja, dice que lo despeina.

—Creí que no te vería hasta el lunes.—Comienzan a caminar, y Baji le pasa un brazo sobre los hombros.

Ya ha superado que Baji sea más alto que el. Son solo unos tres centímetros, pero sospecha que el futuro será mucho más. Por suerte aún no se ve mucho más grande que el, así que la desventaja no es muy grande, tiene tiempo para seguir trabajando esos músculos. Pero antes de responder, Baji se detiene y a él en el proceso.

—¿Con quien estabas?

Chifuyu se queda congelado cuando la nariz de Baji le roza la oreja, y lo escucha aspirar fuertemente. Habría golpeado a cualquier otro por mucho menos. Ambos se ven a los ojos, y Chifuyu no puede estar más confundido.

—¿Nadie? Salude a Mina en la calle. ¿Porque haces eso?—Se toma la oreja intentando alejar el cosquilleo. Baji quita su brazo de sus hombros.

—Olvide algo. Ve sin mi.—Chifuyu no pasa por alto esa mala cara, y antes de que pueda decir algo, Baji entra nuevamente a la tienda.

Absolutamente confundido tiene la intención de entrar y preguntar qué pasa, pero de pronto siente un poco de vergüenza para hacerlo. Hay veces que no entiende la actitud de Baji, y prefiere no preguntar al respecto.

Así que se va sin el.

CORRESPOND TO ME - BAJIFUYUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora