La ascensión de un destructor - Volumen 1 - Sandroverso

Capítulo 8: Un buen día en la playa, antes de llenar la arena de sangre

-Damas y caballeros, gracias por su paciencia, este barco pronto llegará a la tierra de batalla, por favor diríjanse a la proa, ya tenemos la tierra de batalla de este torneo justo frente a nosotros, el lugar donde todos los deseos se acumulan, ¡la isla Ganryu!-, la voz de Katahara Metsudo se escucha por los altavoces del barco y es entonces que todos nos dirigimos a la proa para salir con toda la tranquilidad del mundo, y lo primero que nos recibe es un grupo de mujeres hermosas en bikini, -Damas y caballeros de la asociación kengan, enhorabuena por su llegada, bienvenidos a la isla Ganryu-, dijeron las dos primeras muchachas de una larga fila.

Pude ver que todos estaban algo shockeados por esto, -Bueno que esperaban si hay gente importante viniendo aquí, no iban a subirlos a un alcatraz abandonado-, digo mirando a Ohma, Yamashita, Kaede, Rihito y a Okubo que eran los que estaban más sorprendidos, -Por favor tómense su tiempo para recuperarse de su largo viaje-, dicen las dos mujeres al mismo tiempo en tono cariñoso. Fue entonces que todo el mundo se dispersó, por mi parte me fui a la orilla del mar junto a Luca, saqué una pelota que tenía conmigo y entonces comencé a jugar con el como si nada.

Mirara por donde mirara solo había mujeres sexis siendo abrazadas por el sol, y hablando de mujeres sexis en bikini aquí viene Karla, creí haberle dicho que no, no es verdad, dijiste que discutiríamos sobre el compromiso con ella en 2 años, no que no se acercara a ti en estos dos años, maldición, bueno que más da, tal vez no sea malo hablar con ella pero nada más, mis pensamientos siendo interrumpidos cuando Karla finalmente llegó donde yo estaba parado y entonces se abalanzó sobre mí, enterrando sus tetas en toda mi cara, aceptaría este bonito gesto de no ser por su edad otra vez pero más que nada porque ya siento una sofocante mirada en mi cráneo.

-Te dije que no hicieras eso, la gente se confundirá-, dije mientras la apartaba lo más gentil pero firmemente que pude, -Ash, está bien, pero déjame jugar con tu perrito ¿vale?-, dice mientras toma la pelota que Luca vino a dejar y la arrojó, Luca no hizo nada cuando eso pasó y en su lugar me miró, -Juega-, solo dije eso y el ánimo de Luca reapareció y fue corriendo por la pelota, -Uau, lo entrenaste muy bien-, dice Karla mientras me penetraba con su mirada, caracoles, siento que mira directamente a mi alma y no con intenciones muy puras que digamos.

Miro de reojo hacia mi derecha y a lo lejos distingo una figura en los arbustos con lo que parece ser unos binoculares, -Eeeem, Karla, sé que no eres tonta y que sabes a que me dedico, y has de saber que tengo una lista de personas a las que no tocaría por más que me paguen, y el patriarca de tu clan, Erioh Kure, el cual creo que es quien me está observando desde esos arbustos con binoculares, está en un lugar bien seleccionado de esa lista, es más cualquiera de tu clan lo está-, estaba diciendo pero Karla me interrumpió, -¿En serio?, kyaaa eres tan amable Goyuuu-, decía mientras me volvía a abrasar mientras se aseguraba de hacerme sentir sus atributos, cielos Karla me lo pones tan difícil, dos años, solo dos años de espera es lo que necesito.

Ya logré esperar 8 para endurecer mis manos y pies, puedo hacer esto. -Si pero ese no es el punto, el punto es que lo hice porque no quería hacerlos enojar, y creo que el hecho de que me estés haciendo eso lo está haciendo enojar a él bastante-, digo mientras veo como me sigue abrazando, pero meneando su cuerpo de forma algo brusca pero igualmente sensual, señor dame fuerza. -¿Oh?-, Karla tararea confundida y luego mira hacia los arbustos que había mencionado y en cuanto distingue a Erioh lo saluda con la mano mientras abraza mi brazo aún más fuerte, ay esto ya no es solo mi culpa debo decirlo.

-No te preocupes por él, él solo me protege de hombres desagradables y pervertidos, además el muestra cierto interés en ti, le pregunté a Hollis sobre ti y él me contó sobre tus trabajos, nunca has fallado ningún golpe y además usas un estilo de pelea extraño-, dice Karla, -Por supuesto que sabrían de mi-, susurro para mí mismo mientras vuelvo a lanzar la pelota por enésima vez, solo espero que los guardaespaldas no intenten llevarse a Luca, se supone que Metsudo les diría que estaba bien traer mascotas.