Capítulo 8: Sin vuelta atrás

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Hello people!!

¿Cómo están, linduras? ¿Listos para un nuevo capítulo de este angustioso fic?

Me disculpo una vez más por la tardanza, me cuesta sacar tiempos libres para escribir a gusto. Pero aproveché un par de noches de insomnio para terminar este capítulo, el cual aviso de antemano que puede dejar a más de alguien con ganas de querer asesinarme cruel y lentamente xD

¡Muchas gracias a todos por su apoyo! Cada leída, voto y comentario, es un potente golpe de inspiración para mi escurridiza musa ^^ ¡Los amo! Muchas gracias, de verdad <3

Y bueno, vayámos a lo que nos compete...

Actualizado 01/05/2024

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Capítulo 8: Sin vuelta atrás

Max deja ir el aire en una profunda e inaudible exhalación, escuchando como su puerta se cierra con un suave clic.

La oscuridad se cierne sobre él cual manto protector, fungiendo como un perfecto escondite en el que emergen a raudales pensamientos intrusivos. Deja que cada emoción destructiva resbale de su sistema, mientras reúne las fuerzas necesarias para levantarse de la cama donde yace encogido sobre sí mismo en posición fetal.

De nuevo se siente pegajoso, sucio y mancillado, pero es tanta su costumbre que se ha vuelto experto en contener las náuseas que dicha sensación le producen.

Manteniendo la mente en blanco, destreza que ha adquirido como forma de protección contra los constantes abusos y ultrajes de su padre, se obliga a caminar aún en penumbras hasta el baño de su habitación, buscando deshacerse de los vestigios que quedan en su cuerpo tras la reciente violación.

Se asea con meticulosidad, dejándose la piel enrojecida en su afán de borrar la asquerosa esencia de aquél hombre sin moralidad ni escrúpulos, tratando a su vez de bloquear, como siempre hace, el recuerdo fresco de lo acontecido.

Una vez listo, se viste con un conjunto de jeans y suéter, para luego escabullirse con cautela fuera de su cuarto, resguardado en la negrura de la noche.

La casa se encuentra en completo silencio, por lo que deduce que de seguro hasta su progenitor ya se ha ido a dormir.

Desciende con agilidad la escalera hasta la primera planta, atravesando el recibidor y saliendo por la puerta de cristal hacia el florido y bien cuidado jardín trasero, lanzándose a correr a través del césped rumbo a la oficina de su padre. Entra y en lugar de subir hacia el segundo piso, camina recto hacia una puerta ubicada justo al final del pasillo junto a la escalera, esperando que su habilidad para abrir cerraduras no le falle esta vez.

Un click del otro lado le confirma que ha logrado su cometido, por lo que sin esperar más, se adentra en la habitación. Es casi tan grande como la que utiliza su progenitor para trabajar, pero en vez de un escritorio y libreros, hay esparcidos por toda su superficie más de diez estantes repletos de todo tipo de fármacos psicotrópicos, los cuales el hombre receta a los pacientes que acuden a él para mejorar los síntomas de sus afecciones psiquiátricas.

Haciendo uso de la linterna de su celular, se pasea entre las altas estanterías, leyendo para sí las inscripciones en cada contenedor. Necesita con urgencia encontrar algo que lo ayude a subsistir las semanas que aún le quedan de vacaciones, pues está seguro que si pasa un minuto más allí en plena consciencia de sus sentidos, perderá la cordura como Josh tanto insiste en aseverar.

Still there for me (Chestappen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora