Still there for me (Chestappen)

Capítulo 1: Profesor Pérez

Hello people!!

No sé qué estoy haciendo, pero llevaba mucho tiempo queriendo escribir algo en este hermoso fandom. Mi OTP suprema aquí es el Chestappen/Perstappen, así que la trama girará entorno a ellos casi en un 100%. Es una historia compleja, no se dejen llevar por este comienzo tan simple y poco atractivo. Me disculpo de antemano si hiero sensibilidades a futuro, aunque avisaré cuando la cosa se ponga turbia.

¿Quién más ama la idea de Checo bebé como profesor de Derecho?

Espero disfruten y le den una oportunidad a esta cosita extraña ^^

Publicado 28/12/2023

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Capítulo 1: Profesor Pérez

Max da un rápido vistazo al horario desplegado en la pantalla de su celular, frunciendo hastiado el ceño al comprobar que, como primera clase del día, le corresponden dos tediosas horas de Derecho Laboral. La asignatura en sí no le desagrada en lo más mínimo, no obstante el profesor a cargo de impartirla emplea una forma tan poco atractiva de abordar cada tema, que lo único que produce en su cerebro es un exagerado sopor.

Sin más opción que saturar de cafeína a sus neuronas para mantenerlas despiertas, resopla por lo bajo y bloquea el móvil, guardando su billetera y colgándose la mochila en la espalda con el desánimo típico de los días lunes.

Sale de su departamento y entrecierra sus ojos ante la potente luz del sol que se filtra a través del ventanal ubicado junto a la escalera, encaminándose hacia el ascensor y apoyándose en la pared junto a este una vez que presiona el botón para llamarlo. Pronto se encuentra en la primera planta del edificio, por lo que sin detenerse a entablar alguna conversación con nadie, se apresura a llegar hasta el estacionamiento para tomar su auto y así marchar rumbo a la universidad.

En cuanto está en el campus, aparca y rápido se encamina hacia su facultad, asintiendo a modo de saludo a unos cuantos compañeros con quienes se cruza en el camino.

Antes de ir al aula, se desvía a la cafetería para obligar a sus neuronas a activarse con un expreso doble con exceso de azúcar, encontrándose en el lugar con quien es su amigo más cercano. De cabello marrón oscuro y sonrisa matadora, el encantador Charles Leclerc tira de él por uno de sus brazos en cuanto se percata de su presencia en el lugar, llevándolo sin siquiera preguntarle hacia una de las mesas más apartadas.

—Pensé que no vendrías hoy —le comenta, dedicándole una mirada recelosa—. ¿Cómo puedes estar despierto a estas horas, siendo que ayer te desvelaste en la fiesta que organizaron los de la fraternidad? De verdad, Max, eres un extraterrestre —bromea.

—Un muerto viviente, querrás decir —replica el aludido, dejando sin cuidado su mochila sobre la mesa—. Y a menos que quieras que me coma tu cerebro para revivir el mío, te callarás y me dejarás ir a pedirme un café —expresa en tono gélido, poniéndose de pie para encaminarse hacia el mostrador, donde varios estudiantes se amontonan.

Charles lo tiene de regreso después de diez minutos, regalándole una ladina sonrisa al verlo sorber la caliente bebida con el deleite brillando en sus gélidos ojos azules.

—No creo que uno solo sea suficiente —opina el monegasco, mordiendo su barra de cereal—. Necesitarás un cargamento gigante de cafeína para reponer tus neuronas.

El rubio chasquea la lengua, restándole importancia a sus palabras y observando con desgana a su alrededor. Faltan todavía diez minutos para que dé comienzo su primera clase, por lo que se permite un momento de relajo, concentrándose en participar de la conversación en la que su mejor amigo lo incluye de muy buena gana.