"Una lágrima la luna dio
Así se hizo el Chaway
También el sol lloró
Lágrimas de oro y amor.
El sol se encuentra triste
Y dolido ha estado su corazón
Quiere besar y tomar su mano
Pasa el tiempo y no la olvida"
(Canción mapuche de amor entre el Sol...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
20 de enero de 2012
Santiago de Chile.
PEDRO.
Llevaba desde Navidad en Chile, visité familia en la costa, en el sur, pero ya estaba algo aburrido de llevar un mes sin hacer nada, sin trabajar. No había conseguido nada salvo una obra de teatro que se suponía me daría suficiente para aguantar hasta abril, la cual se había acabado por falta de fondos. Mis amigos tenían proyectos, me ofrecieron ayuda, pero en ese momento, a mis casi 37 años, sólo quería sentirme en casa, contenido y mimado, como siempre.
Chile mi lugar seguro, el lugar dónde nací, dónde siempre puedo venir. Por eso, cuando me llamó un viejo conocido, para proponerme codirigir una obra de teatro, sobre el movimiento estudiantil, que se tomó las calles el 2011, acepté.
El primer encuentro, fue en el GAM, en pleno centro de Santiago, a unas pocas cuadras de la emblemática Plaza Italia, en una sala oscura, estaba él, de nombre Renato y una chica, rubia, de tez muy blanca, casi pálida, que usaba un vestido negro.
--Hola, José Pedro, te presento a Tatiana, ella es la guionista.
--Hey, hola, mucho gusto.-ella se incorporó y me saludo, volviendo a sentarse, con las piernas cruzadas como si hiciera la flor del loto.
Me llamó la atención lo joven que se veía, Renato continuó hablando.
--Tatiana está recién egresada de la carrera de Licenciatura en Lenguaje y Comunicación, mención Guión y Teatro, vive hace un mes aquí y nos conocimos en Valdivia.
--Sí, eso te iba a preguntar, porque pareces una chica de dieciocho.
--Cumplo 23 en mayo.-respondió sonrojándose y me hizo reír.
Hablamos a grandez rasgos de lo queríamos expresar con la obra, ella estaba escribiendo. Me gustó su cara de concentrada, en la misma postura con el notebook, anotando ideas y comenzando a redactar la obra. Los personajes serían pocos, unos dos o cuatro, no había gran presupuesto, como siempre en teatro.
--Nos ganamos un proyecto, pero, tú entiendes, así es la cosa con este rubro.
--Sí lo sé.
--¿Y tú ahora no tienes nada allá en Nueva York?
--No, se bajó lo que se suponía que me daría de comer hasta abril, así que, puse en arriendo mi departamento en Brooklyn, me traje a mi perrita y estaré aquí, hasta que me llamen de algo.
--¿Y si no te llaman de aquí a julio, Pedro? ¿Qué harás?
--He pensado hasta dar la prueba de selección universitaria aquí y estudiar Enfermería, Obstetricia, algo así, que me asegure tener dinero, ya estoy cansado de ser una carga para mi papá, mi hermana, mis amigos.
