"Una lágrima la luna dio
Así se hizo el Chaway
También el sol lloró
Lágrimas de oro y amor.
El sol se encuentra triste
Y dolido ha estado su corazón
Quiere besar y tomar su mano
Pasa el tiempo y no la olvida"
(Canción mapuche de amor entre el Sol...
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07 DE ENERO DE 2027
Arauco.
BELEN
--¿Y la Julietita?
--¿No estaba contigo?
-- No esta.
--Pero si tú la tenías, Pedro...
--Me quedé dormido...
—Comooo
—La tenía en el sillón y se me arranco, no se.
--Pero la Julieta aún no afirma los pies para caminar...iré al patio trasero, tú ve al delantero.
Salí al patio, donde se mezclaban los pollos, gallos, gallinas, patos y gansos, corrí hasta la huerta, siguiendo mi instinto, ahí estaba la niña, aprendiendo a caminar, afirmada del cerco de madera que rodeaba las plantas de papas. Mi corazón explotó en llanto y corrí hasta ella.
--Mi amor, nos asustaste...nunca más te vayas sin avisar.
Julieta se echó a reír, con la misma gracia que su papá, la alcé en mis brazos y Pedro llegó a nuestro lado.
--¿Y te causa risa, niñita maldadosa? eres igual a tu papá...
--Sí, seguro tú no eres traviesa, Belén...
--Sólo cuando estamos solos y desnudos, querido.
La tomó con un brazo y con el otro, me rodeó el cuello, besándonos, estaba feliz de que todo estuviera bien.
--Ya quiere caminar mi princesa.
--Sí y darnos sustos...¿Y cómo llegó hasta aquí?
Pedro notó que estaba llena de tierra, hasta las pestañas. Se río y la contagió, Julieta pidió ser bajada y nos extendió sus manos, quería seguir caminando. La cogimos cada uno de una manita y volvimos lentamente a casa.
--Debe haber llegado hasta acá a puros porrazos, lo importante es que se ha levantado y sin llorar, mi princesita hermosa.-agregó orgulloso.
--Veamos si puede solita.
Entramos a casa, la dejé en el pasillo entre la sala y la cocina y le dije con confianza.
--Mi niña, intenta caminar sin apoyarte.
Pedro se ubicó a un metro de mí, suspiré y solté sus brazos, Julieta dio dos pasos y se cayó al suelo, sentada.
--No importa, mi cielo, levántate, princesa.-le dijo él.
La ayudé a levantarse y lo volvimos a intentar, dio tres pasos y un traspié, Pedro la alcanzó a sujetar, Julieta no se asustó, lanzó una carcajada franca y yo me reí también.
