23°

21 9 10
                                    

Y entonces finjo que estoy bien.

Todos me creen, menos yo.

Sé que todo lo que siento dentro de mi duele.

Me dijeron que llorar no era de débiles, sino que significaba que los sentimientos eran reales.

Pero cuando lloro, siento que sangro.

Siento que se abre cada parte de mi cuerpo y que nunca alcanzó a coserme.

No me gusta llorarte, B.

No me gusta sufrir por alguien a quien a penas piensa en mí.

No me gusta morirme por dentro y decir que estoy bien.

Ya estoy cavando la tumba que me arropará.

Incluso una tumba me hará más bien que tú, B.

A eso has llegado.

A matarme.

Y lo peor es que no me has matado con balas.

Me mataste con tus sonrisas.

Con tu risa.

Con tus tonterías.

Con tu humor.

Con tus ganas de futuro.

Con tu amor por la familia.

Con tu "No eres lo que busco".

Me mataste y dejaste el cadáver en el suelo.

Ni siquiera te esforzaste en ocultarlo.

Me dejaste ahí, a la intemperie.

Y me estoy pudriendo.

DIARIO DE UNA CICATRIZ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora