AISHA
𓍊𓋼𓍊𓋼𓍊
La respiración de la chica se pausó un momento al sentir el tacto firme de esa mano alargada y pálida. Los ojos oscuros de la chica observaron el rostro serio de Yuta, que a pesar de tener esa expresión aún podía conservar la calidez en sus ojos azules oscuros. No dijo nada, no sabía qué decir.
Pensamientos y sensaciones abundaban en su ser en esos momentos. No quería mantener una conversación con él, siempre que lo tenía más cerca era más difícil para ella detestarlo, no podía contra esa sonrisa nerviosa o ese tono amigable.
¿Por qué quería detestarlo?
Ni siquiera ella sabía la respuesta, tenía demasiadas respuestas pero ninguna se sentía la correcta, ninguna era suficiente excusa.
Sabía desde un principio que él le traería problemas, con su aparente caballerosidad y su patética forma de avergonzarse con todo. Con esos lindos ojos cansados y esa aura misteriosa. Toda esa mierda era lo que ella buscaba en un chico, pero no podía porque ya tenía un chico, su chico.
Alejar a Yuta era la mejor opción para no abrir paso a ningún tipo de sensación que le provocara traición hacia su amor por la persona que también le amaba de vuelta. Porque su novio le amaba, ella lo sabía, Aisha no podía imaginar a alguien más a su lado.
Quiso evitarse problemas entonces, comenzó a tratarlo con personalidad más borde de lo inusual, pero para su desgracia cada que intentaba alejarlo el chico se acercaba más a ella. Robándole sonrisas o leves risas con sus bromas malas.
Para ella estar cerca de Yuta era algo riesgoso, no quería ni podía traicionar al que ahora era el amor de su vida por un simple chico, ¿no?
Más sin embargo estaba ahí, observando con atención esos oscuros ojos que la observaban con duda y una leve mueca, luciendo confundidos y casi dolidos.
Ambos estaban fuera del taller agradeciendo que su profesor no estaba. Yuta parecía querer acercarse más pero respetó el espacio personal de la chica, carraspeó, parecía nerviosos y eso casi provoca una sonrisa en Aisha.
— Quiero disculparme, de verdad no sé qué he hecho pero quiero disculparme contigo, jamás he querido causarte problemas o hacer algo que te moleste, Aisha.
Galle podía sentir su corazón estrujarse ante la sonrisa triste que los labios de Yuta mostraban, se quedó confundía por esa repentina disculpa, no entendió el motivo entonces el chico volvió a habla.
— Cada vez que me acerco a tí me miras como si no quisieras mi presencia al lado, pero me confunde porque hay veces donde tú eres tan agradable y graciosa — Las palabras del chico ya sonaban como un balbuceo mientras sus ojos se posaban en cualquier lugar que no fuera la chica frente a él — Sé que podríamos congeniar bien, sé que te parezco agradable, Aisha ¡hasta te he hecho reír! Pero no entiendo porque cada que estamos bien te apartas de mí...
ESTÁS LEYENDO
Sin intenciones
Roman d'amourKim Aisha era una chica dura de carácter, mayormente sería y calculadora... todo cambió cuando vio a ese torpe chico.