||𝟎𝟑||

500 39 39
                                    

—¿Hay un dios griego de la decepción? Habría que preguntarle si le falta un hijo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¿Hay un dios griego de la decepción? Habría que preguntarle si le falta un hijo. —habló Percy mientras se sentaban a comer. Había intentado ser herrero y tirar con arco, pero casi mata a medio campamento. Empezaba a pensar que allí no encajaba.

Y para su suerte, apareció la persona en ese momento que menos deseaba ver a excepción de Clarisse.

—En realidad, es una diosa, pero es más bien del fracaso. —respondió Aurora con una sonrisa socarrona sentándose al lado de Luke, quién la dió un codazo. —¡Ay! ¿Qué?

Por una vez que podía molestarlo.

Este suspiró y miró a Percy, tratando de transmitir confianza.

—Vamos a encontrar lo que se te da bien.

Antes de que el menor pudiese responder, una especie de campanas sonaron.

—Nos toca. —murmuró la rubia mientras se levantaban.

—¿El qué? —preguntó Percy extrañado.

—Quemar las ofrendas. A los Dioses les gusta el olor, atrae su atención antes de rezar.

—¿Les gusta como huelen los macarrones con queso?

Aquel niño ponía de los nervios a Aurora.

¿Es qué no tenía dos dedos de frente?

—Les gusta como huele la súplica. —respondió un amigo de Luke en agradecimiento a la chica, que ya no soportaba las preguntas del de rizos. Él y Aurora fueron a quemarlo, mientras que el pelinegro le dió un consejo al chico antes de acompañarlos.

—Quema lo que más vayas a echar de menos, así verán que vas en serio y te escucharán.

||

Cuando la luna yacía sobre lo alto del cielo y las estrellas la rodeaban, Aurora se encontraba sentada en uno de los bancos del exterior de su cabaña. Todas las noches iba allí a despejar la mente, tal vez a intentar hablar con su madre, Atenea. O simplemente preguntarse si su familia, aunque la odiaban, estaría bien.

Nunca se lo había contado a nadie, excepto a Luke, Annabeth y Thalía. Aquella niña que había conocido cuando intentaron llegar al campamento. Eran muy diferentes la una de la otra, pero aún así se llevaron bien.

Ninguno de los dos primeros sabía que iba a ahí por la noche, nunca la habían visto ni se habían percatado de que faltaba alguien en la cama. Así que ya era algo rutinario.

Se percató de que llevaba allí demasiado tiempo, y se levantó. Cuando iba a irse a la cama, escuchó un ruido lejano, proveniente de los baños. La curiosidad llenó su interior, y caminó hasta ellos.
La puerta estaba abierta, lo que le extrañó a la rubia pues siempre estaba entreabierta para que la luz no molestase al resto de cabañas.

 𝑺𝑬𝑨 || 𝑷𝑬𝑹𝑪𝒀 𝑱𝑨𝑪𝑲𝑺𝑶𝑵 (𝒔𝒆𝒓𝒊𝒆!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora