||𝟎𝟕||

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Aurora y Annabeth intercambiaron una mirda de pánico al ver cómo la cremallera de la mochila de dónde procedían los gruñidos y ladridos comenzaba a abrirse

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Aurora y Annabeth intercambiaron una mirda de pánico al ver cómo la cremallera de la mochila de dónde procedían los gruñidos y ladridos comenzaba a abrirse.

—Necesitaba que entendieraís lo que estaba pasando —habló Equidna con un tono calmado, pero una sonrisa maliciosa que no podía significar nada bueno—Para que pudiera olfatear vuestro rastro..Y para poder aprender y crecer..porque es lo que una buena madre hace por sus hijos. Ahora deberíais correr. —advirtió al mismo tiempo en que la criatura salía a una gran velocidad y atacaba a la rubia, que era la que estaba más cerca, quién soltó un gemido de dolor al ver cómo las puntas afiladas de los brazos entraban y salían de su hombro de un solo golpe.

Annabeth se lanzó encima de la bestia y le clavó un cuchillo, mientras indicaba a los demás que se levantasen. Incluso Aurora, mareada por la herida, que se agarraba con firmeza, fue la primera que se levantó y salieron corriendo entre los pasillos estrechos del tren hasta la otra punta, oyendo los gritos de los policías que les indicaban que se detuviesen.

Pasaron por varios compartimentos mientras la criatura les seguía en forma de perro, aunque llegado el momento, Aurora, quién llevaba la cabeza, se recostò en una pared cercana.

—Grover, sacame el aguijón.. —murmuró, y soltó un suspiro de alivio cuando el sátiro lo sacó rápido de su hombro.

Annabeth y Percy, quiénes los seguían de cerca, se acercaron a examinarlo.

—Es un aguijón. —repitió su compañera de cabaña. —¿Grover, sabes que clase de monstruo tiene uno? —preguntó alterada.

—No lo sé pero..mal asunto. —concluyó.

—¿Te encuentras bien? —dirigió su mirada hacia la afectada.

—Sí, eso creo, sólo mareada. ¿Es venenoso?

—Creo que quería darme a mí. —Percy evitó la pregunta aunque ni sabía la respuesta. No pudo evitar sentirse algo culpable, pues al que buscaban era a él y por su culpa habían atacado a la chica. Y ni siquiera sabía si era venenoso.

—Probablemente.

Grover y Annabeth intercambiaron un par de miradas, antes de que la segunda respondiese con un "no estoy segura de si es venenoso".

Los golpes en la puerta cada vez se hacían más evidentes y los policías se acercaban más a ellos, hasta que el tren se giró levemente a un lado y entonces pudieron ver el monstruo que ya no era un perro, si no que a lo lejos, con la vista borrosa y difuminada, Aurora pudo distinguir la silueta de un toro.

—Debemos irnos. —aclaró Percy mientras se pasaba un brazo de la herida  por su hombro. Sabía que, aunque fuese necesario, él sería el que peor lucharía, y por ello debía cargarla. A pesar de la extrañeza de Grover y Annabeth, continuaron su camino hasta el fin del tren dónde se bajaron a las vías.

 𝑺𝑬𝑨 || 𝑷𝑬𝑹𝑪𝒀 𝑱𝑨𝑪𝑲𝑺𝑶𝑵 (𝒔𝒆𝒓𝒊𝒆!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora