𝑺𝑬𝑨 || 𝑷𝑬𝑹𝑪𝒀 𝑱𝑨𝑪𝑲𝑺𝑶𝑵 (𝒔𝒆𝒓𝒊𝒆!)

||𝟏𝟓||

Ambos contemplaban a los dioses, Zeus haba retirado el rayo ante la presencia de su hermano.

—La victoria es tuya. —escuchó Aurora su voz por primera vez. —Pero perdona a mí hijo y a la hija de Atenea.

Percy se incorporó y le tendió la mano a la rubia, sin quitar los ojos de su padre y su tío.

—Tu hijo prohibido que nunca debió nacer. —recordó.

—Lo mismo que tu Thalía, cuyo valor es todavía un símbolo para los semi-dioses.—contraatacó el dios de los mares. Aurora tragó más fuerte de lo normal ante la mención de su amiga, pero Poseidón tenía razón. —Perseo es uno de esos héroes y hoy ha demostrado esa valentía.

Aurora miró a Percy, orgullosa de que su padre lo estuviese defendiendo. Este se acercó más a Zeus y murmuró algo en griego antiguo, a lo que el del rayo respondió en el mismo idioma, ambos supusieron que así no entenderían sus palabras, hasta que finalmente hablaron en castellano.

—Atenea convocará una reunión de todo el Consejo. Declararemos mi rápida y aplastante victoria. —miró de reojo a su sobrino. —Y luego hablaremos de asuntos familiares. Y procura que no vuelva a ver a ninguno de los dos.

Poseidón asintió, antes de suspirar. No parecía muy a favor, pero sabía que no tenía otra opción. Zeus desapareció de su vista y Poseidón se giró a mirar a ambos niños. Este tenía una gran melena y barba de un color rubio oscuro, similar al de Percy, pero su pelo era más liso. Y llevaba una camisa azul que a Aurora le recordaba a su padre.

La chica decidió dar varios pasos atrás y después irse a un lado, asíntiendo. Sabía que ambos necesitaban su momento de privacidad padre e hijo. Y así fue, durante varios minutos. Hasta que Poseidón la observó y le indicó que se acercase, así que ella, por una vez, obedeció.

—Debeís volver. —dijo, mostrando dos perlas en su mano. Percy lo miró en una mezcla de sorpresa y confusión, pero no tuvo tiempo a decir nada, ya que las perlas cayeron al suelo y en breves instantes ya estaban en la hierba.

Habían vuelto a caer de cara, cosa que Aurora nunca entendería el significado.

Entonces abrió los ojos y vió el árbol de Thalía. No pido evitar sonreír, imaginando que su amiga estaría allí y la aplaudiría sarcásticamente, mientras ella se reía. La extrañaba demasiado.

Se levantó junto a su amigo, dónde caminaron al campamento en silencio. Allí todos les recibieron con sonrisas y aplausos, ninguno de los dos se esperaba acaparar tanta atención. Algunos incluso les daban palmaditas en la espalda, y los más jóvenes les observaban con orgullo, incluso murmuraban entre ellos. Aurora observó a la multitud con una sonrisa, y entonces, alguien envolvió sus brazos alrededor de ella. Annabeth.

Miró a su amiga, eran casi de la misma estatura, por lo que le correspondió el abrazo sin problemas. Entonces se acercó a la oreja de la chica y susurró, algo solo audible para Percy y ambas.