El cuarteto entró en la tienda de colchones que sabían que le llevaría al inframundo. Grover se quedó esperando fuera, mientras que Aurora y Annabeth entrarn invisibles acompañadas de Percy.
Observaron en el silencio como el señor le invitaba a reposar en uno de sus colchones. Aunque todos sabían que era una trampa y que los colchones les estrangularían en cuanto los tocasen. Fue por eso que las hijas de Atenea empujaron al señor cuando estaba desprevenido, haciendo que cayese en uno de estos.
—¡No podrás salvarla, no eres el primero que intenta traer a alguien del inframundo ni el primero en fracasar! —trató de manipularnos.
—Eh —le llamó la atención Aurora, ya que Percy parecía castaño vez más afectado cuando le repetían esas palabras— Tienes suerte de conservar la cabeza, imbécil. No me tientes. —amenazó, ganándose una mirada del rubio, quién se lo agradeció internamente.
Grove entró y caminaron hasta una puerta donde yacía un letrero que ponía "no entrar".
—¿Seguro que es por aquí?
—¿Tú ves alguna otra puerta?
Vale. Estaba claro que aquel señor había puesto a la de ojos azules de mal humor.
El sátiro se acercó y tiró del pomo, enseguida tosiendo por el mal olor.
—Huele cómo si alguien se hubiese quedado abierto un cartón de leche en los 90. —exclamó, nervioso. Ante esto, Annabeth le dió una pelota roja que cuando la estrujabas, sonaba.
—¿Mejor? —preguntó, y este asintió.
Percy observó su mano, con 4 canicas exactas, que le habían dado la anterior noche en la playa.
—Esta es nuestra única forma de salir. —dijo.
—Vamos a salir todos juntos. —afirmó Annabeth.
—¡NO VUELVE NADIE! —gritó el señor de los colchones.
—¡QUÉ TE CALLES, SUBNOR—Percy interrumpió a Aurora.
—No tenemos ni idea de lo que hay allí abajo, así que creo que es más seguro que no las guarde yo todas. —observó de reojo a cada uno de los miembros de su equipo, que le habían acompañado hasta el final sin dudarlo. Eran muy diferentes los unos de los otros. Por un lado estaba Grover, que siempre había estado ahí para evitar los conflictos. Luego Annabeth, que se le ocurrian las mejores ideas en las peores situaciones. Y por último Aurora que le había ayudado de diferentes formas, aunque al principio no se soportaban, su relación había mejorado bastante y no buscaban enfrentarse el uno al otro continuamente sino que preferían ayudarse.
Cada uno cogió una canica, dejando dos restantes para Percy y su madre.
—Vamos a por tu madre. —dijo por último Aurora, avanzando hasta la puerta y enseguida percibiendo el olor a alimento caducado.
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𝑺𝑬𝑨 || 𝑷𝑬𝑹𝑪𝒀 𝑱𝑨𝑪𝑲𝑺𝑶𝑵 (𝒔𝒆𝒓𝒊𝒆!)
Fiksi Penggemar"𝚎𝚢𝚎𝚜 𝚋𝚛𝚒𝚐𝚑𝚝 𝚕𝚒𝚔𝚎 𝚜𝚎𝚊" Aurora Williams, hija de Atenea, conoce al nuevo semi-dios: Percy Jackson, que desde un principio no se llevaron bien. Pero el caos se desata en cuanto este es reclamado por el dios Poseidón, en un momento ext...