[mini] namgi au

XI

— Después de tres meses hablando a través de cartas —proseguí con nuestra historia— conseguí hablarle por primera vez, me acuerdo perfectamente de esa conversación, le pregunté si quería venir a mi casa a merendar y aceptó, ¡aceptó! —le contaba a la mujer, con la misma emoción que años atrás se lo había contado a mi madre mientras saltaba emocionado por todo el salón de mi antigua casa— Ese día a las seis de la tarde vino a casa, merendamos sándwiches y mandarinas, junto con un vaso de leche con chocolate. Vimos un documental sobre arte y arquitectura, a mí nunca me había interesado tanto la arquitectura pero descubrí que él la amaba y empecé a leer sobre ella para tener algo de que hablar con él. Después fuimos a mí habitación y estuvimos tumbados en la cama por más de media hora, los dos con los ojos cerrados y compartiendo mis auriculares. No hicimos nada del otro mundo, pero ese día me sentí en el cielo. Disfruté mucho. Al llegar la noche mis padres y yo llevamos a Yoongi de vuelta a su casa mientras dábamos un paseo.

— Eso es bastante lindo, Namjoon, parece que conectaron desde un primer momento.

— La verdad es que si, teníamos bastantes cosas en común y era raro porque aunque ya habláramos en ese entonces, aún no nos comunicábamos con palabras tanto como otros chicos de nuestra edad, pero supongo que al estar juntos no era muy necesario hablar, la comodidad era inmediata, podíamos pasarnos horas leyendo completamente en silencio, pero siempre juntos el uno con el otro. Desde ese día casi ni nos despegábamos el uno del otro, siempre estábamos en su casa o en la mía, el me invitaba a sus comidas familiares y yo a los eventos que tenía con mis papás. Salíamos juntos al parque o al cine, íbamos a comprar helados y mis padres nos acompañaron alguna que otra vez a algún museo. —continúe hablando siempre con una sonrisa— Incluso después de un año de haber empezado a hablar, comenzamos a dormir en la casa del otro los fines de semana.

— Entonces, me imagino que habría mucha confianza entre tu familia y la suya.

— Exacto —afirmé— mis padres y los suyos fueron haciéndose amigos y por eso siempre estábamos juntos, mis padres confiaban en los de Yoongi y los de Yoongi en los míos. Me acuerdo la vez que confirmé al cien por cien que Yoongi me gustaba. Tenía yo catorce años, ya que aún no había sido mi cumpleaños, y el dieciséis, es obvio que todo ese tiempo atrás me había gustado también porque las cosas que me hacía sentir eran inexplicables, pero fue justo ese día de su cumpleaños número dieciséis en el que lo confirmé del todo.