XXVI

92 15 1
                                    

Namuncito... —susurró en un hilo de voz— Te amo, hoy me estás haciendo el hombre más feliz del mundo y me siento el más afortunado por haber tenido a alguien como tú a mi lado. No sueltes mi mano en ningún momento.

— Nunca, nunca, nunca —respondí apretando su mano con fuerza y tomé el vaso que había en la mesita de noche, el cual portaba una pajita— Yoongi, mi amor —hablé alto y claro para que se escuchara en el video— ¿estás seguro de querer beber esta mezcla y así entonces suicidarte?

— Completamente seguro, mi Namuncito. —escucharlo me sacó un pequeño sollozo y lleve su mano a mis labios para poder besarla.

— ¿Seguro, seguro? ¿No quieres echarte atrás? ¿Quieres morirte? ¿Seguro? —insistí.

Me miró. Lo miré. Él también comenzó a llorar y aparté las lágrimas de sus mejillas con mi pulgar rápidamente. Me dio una amplia sonrisa y suspiró antes de responder.

— Seguro. —repitió— Bésame una última vez, Namuncito.

Me acerqué tan pronto como lo pidió y atrapé sus labios entre los míos en nuestro último beso. Ese sería el último. También la última vez que me llamaría Namuncito.

— Te amo... —susurré y acerqué el vaso a él, dejando la pajita entre sus labios. Mi corazón pinchaba y se retorcía en mi pecho, gritando porque no lo hiciera. Pero mi razón me decía que eso era lo que tenía que hacer, por su felicidad.

Sorbió la mezcla a través de la pajita y nos miramos por última vez, no solté su mano en ningún momento. Cerró los ojos y acabó yéndose.

Corrí rápidamente a apagar el vídeo y volví a su lado, lo abracé y me quedé llorando junto a él, volví a pedirle perdón repetidas veces y llené sus mejillas de tiernos besos. Nunca solté su mano. Nunca, nunca, nunca.

[mini] namgi auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora