Capítulo 13

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La tarde del miércoles iba bien en la librería. Solo un par de niños leían cómics y algunos de sus clientes habituales revisaban los nuevos títulos. Yuna estaba conversando con un compañero en un rincón, mientras Chaeryeong atendía a un cliente.

Habiendo terminado su papeleo, Aeri solo caminaba por el lugar, en caso de que alguien la necesitara. Ayudó a una mujer mayor que había olvidado sus lentes a elegir un romance cursi y después de eso se sentó en uno de sus cómodos sillones, permitiéndose relajarse un momento.

Sus ojos marrones vagaron por el lugar, con una pequeña sonrisa orgullosa en su rostro al ver la similitud que tenía con la antigua librería que llevaba su padre. Por supuesto, ella tuvo que hacer algunos cambios, pero la esencia del lugar aún estaba allí y Aeri no pudo evitar pensar que a su padre le encantaría si pudiera verlo. Después de tantos años la librería dejó de ser un lugar solo de trabajo y pasó a ser como una segunda casa.

Tomó uno de los libros que un cliente dejó en la mesa y se vió envuelta en una buena lectura.

La semana de Aeri había pasado sorprendentemente sin incidentes. No tuvo llamadas de su madre por problemas, ni clientes problemáticos que trataran de robar en la tienda (aún se sorprende de que la gente fuera capaz de esas cosas incluso con libros), sin ningún otro problema con la tienda y ninguna misteriosa alma gemela a la vista.

El hecho de que no había visto a Jimin desde esa noche la hacía sentirse molesta y aliviada a la vez. Durante los primeros días ella esperaba ver a la más alta todos los días, pero cuando vió que no se presentó se sintió decepcionada. Ni siquiera le mando el correo electrónico sobre el trabajo que se suponía le mandaría. Por lo que creía que la morena la estaba tratando de evitar.

Ningning insistió en profundizar en la vida de su alma gemela para averiguar en qué andaba, pero Aeri lo rechazó. ¿Qué sentido tendría? ¿Para qué usaría esa información? Incluso si sus sospechas eran reales, no era como que Aeri caminaría hacia la casa de Jimin, tocaría su puerta y se convertiría en una destructora de hogares.

Quizás era mejor fingir que esa noche nunca había pasado, que la marca no estaba allí y continuar viviendo como siempre... Al menos hasta que ella quiera lo contrario.

Claramente el destino tenía otros planes para ella.

Unos minutos después en esa tarde, justo antes de que se pusiera el sol, una silueta alta y elegante entró en el lugar y se dirigió hacía ella. Su vista era bastante buena y aunque no fuera así, la cálida sensación en su marca fue suficiente para saber quién era.

La castaña respiró hondo, dirigiéndose hacía la morena más alta.

—Yu Jimin.

—Hola...— Dijo con una pequeña sonrisa insegura, cambiando el peso de su cuerpo de una pierna a la otra, con una mano recorriendo su cabello, mientras que su mirada miraba cualquier cosa excepto a Aeri. Decir que estaba incómoda era una subestimación. —¿Podemos hablar, por favor?

Aeri cruzó los brazos, adoptando una postura protectora. La situación ya era mala ¿Por qué Jimin tuvo que acercarse a ella de esa manera? El destino realmente le estaba haciendo una broma con el tema de su alma gemela.

La opción más inteligente sería rechazarla, enterrando esa parte de su vida.

—Está bien, sígueme.

Pero aparentemente, Aeri no era la mejor tomando decisiones sobre el amor.

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En ese momento, Minjeong tenía muchos borradores sin terminar, no parecían malos, pero no eran su estilo habitual. Sus emociones conflictivas eran bastante insistentes en meterse en sus obras y la rubia no lo pudo evitar.

The mark; winrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora