The mark; winrina

Epílogo

Dos años después.

—Se ve muy bien— Dijo Jimin con un gesto de aprobación mientras miraba alrededor del lugar.

—Tenemos tantos clientes que me estoy volviendo loca, pero se siente bien— Aeri cruzó los brazos sobre su pecho, llena de orgullo, la expansión de la librería había ido bien y el negocio estaba en su mejor momento.

—¿Ya encontraste nuevos empleados?— La mujer más alta se apoyó en la pared, dejando que sus ojos viajaran al primer piso donde Minjeong y Ningning estaban teniendo una acalorada conversación sobre la pesca, aunque ambas eran terribles.

—Algo así. La celebridad de allí dijo que me ayudaría con las entrevistas, pero siempre le pregunta cosas raras a las personas y de repente la entrevista se convierte en una conversación sobre nuestros gatos— Fingió un suspiro molesto, aunque Jimin pudo ver el cariño en su expresión cuando habló de Ningning.

Jimin se rió entre dientes, podía imaginar fácilmente esa escena.

—Siempre veo su programa, es muy divertida— Ningning trabaja como locutora y transmitía las noticias de la noche de una manera muy poco ortodoxa. Incluso a Minjeong le había gustado mucho el espectáculo, y Minjeong odiaba las noticias.

—Es sólo ella misma— Dijo Aeri con una risita suave. La nueva posición de Ningning en la industria del entretenimiento fue bastante inesperada, pero encajaba perfectamente con ella. Hacía lo que más amaba: husmear por primicias y hablar hasta los codos mientras le pagaban por hacerlo.

—¿Cómo están las cosas entre ustedes dos? ¿Supongo que el viaje fue bien?— Jimin arqueó las cejas, con un atisbo de inconfundible picardía en sus ojos. Estaba empezando a parecerse a su tonta esposa. Sus labios temblaron en una sonrisa juguetona cuando Aeri asintió positivamente.

—No empieces. Todavía estamos saliendo— Dijo rodando los ojos ante la sonrisa de la niña. — No puedo casarme con alguien cuya cita ideal es comer pollo frito con soju mientras vemos repeticiones de dramas con los gatos.

La morena se cubrió la boca para ocultar una risa.

—No suena tan mal. Sé que te gusta en secreto.

—Tal vez de vez en cuando, ¿pero todos los días?— Aeri hizo una mueca, sacudiendo la cabeza. Tendría que ayudar a Ningning para que haga una dieta mejor si quiere tener esposa durante muchos años. —Está trotando

conmigo dos veces por semana, así que creo que es un comienzo— Se encogió de hombros, sabiendo que le tomaría mucho tiempo a Ning acostumbrarse a un mejor estilo de vida. —¿Qué pasa con tu famosa autora?— Ella asintió en dirección a Minjeong.

—Hemos estado discutiendo porque ella se pasa todo el día escribiendo— Fue el turno de Jimin de hacer una mueca, pero pronto se echó a reír, descartando el tema.

No tenía mucho de qué quejarse, su vida con Minjeong era mucho más perfecta de lo que hubiera deseado. Se mudaron a un nuevo hogar el año pasado y adoptaron un nuevo perrito ya que Kongie estaba demasiado unido a los padres de Minjeong para mudarse con ellas. Actualmente volvieron a una rutina cómoda que incluía a Minjeong que la recogía del trabajo todos los días y maratones semanales de cine y escritura que en su mayoría terminaban con demasiados besos y poco trabajo.

—Creo que estamos listas para formar una familia... Siguiendo la lógica de Minjeong de que ya la tenemos desde que adoptamos a Jikjik, ¿tal vez debería decir una familia humana?— Ella se rió suavemente, dejando que su mirada cayera sobre su esposa que todavía estaba hablando con Ningning. —Se llevan bien, deberíamos salir juntas alguna vez. ¿No dijiste que a Ningning le gustan las películas de terror? Deberíamos ir a ver una.