Luego de un día largo de trabajo, Aeri por fin podía irse a casa. Cerró la librería y se aseguró de que cada centímetro de ella estuviera en perfecto estado antes de salir.
La castaña se ajustó su chaqueta dejando escapar un pequeño bostezo. Aún era temprano por lo cual no se encontraba muy cansada, pero si estaba aburrida.
El día en el trabajo pasó lento, no tuvieron muchos clientes, solo algunos pocos, los cuáles solo pidieron recomendaciones, la hicieron sugerir decenas de libros y explicar sus argumentos, para luego comprar otro totalmente diferente, o peor, no llevar nada. Esos tipos de clientes solían molestar bastante a Aeri. Otra cosa para agregar fue que Ryujin, su trabajadora a tiempo parcial, con la que solía hablar durante horas gracias al aburrimiento, faltó debido a sus exámenes. Aeri le había tomado bastante cariño a la niña y le dió el tiempo que necesitaba para estudiar. Cuando ella aún estaba en la universidad, hubiera deseado tener más tiempo, por eso entendió las necesidades de la menor y decidió ayudarla en lo que pudiera.
Miró su reloj, calculando en su mente cuánto tiempo tenía para hacer su rutina diaria. Una exquisita comida orgánica la esperaba en casa, pero el olor a pollo frito que venía de un restaurante cercano, la hizo dudar. Tenía que recordar lo malos que son para su cuerpo y todo el esfuerzo que debería poner para bajar esas calorías.
Suspiró para sí misma pensando en cómo se había vuelto tan loca con el tema de la salud. No era de extrañar que sus amigos la llamarán "aburrida".
La castaña respiró profundamente, sintiendo el olor a comida chatarra llenar sus fosas nasales para luego comenzar a caminar en la dirección opuesta.
Un nuevo aroma la cautivó mientras caminaba, lentamente llenando sus pulmones. Aeri disminuyó el ritmo, su vista fue llamada hacia los hermosos árboles que flanqueaban en el camino. A Aeri siempre le encantó el aroma de los cerezos, pero últimamente había estado tan ocupada que ni siquiera notó que ya había llegado la primavera y ahora las calles volvían a ser rosadas.
Ese pensamiento hizo que una sonrisa apareciera en su rostro, trayendo hermosos recuerdos a su memoria, dándole el coraje para pasar un día más. Apurada acelero para llegar rápido a casa.
Aeri no perdió tiempo en casa, solo regresó para ponerse ropa más cómoda y calzarse sus zapatillas. Le dio un mordisco a su no apetitosa cena e instantáneamente la puso en la nevera. La castaña tomó una manzana y una botella de agua, para luego salir.
Hoy Aeri solo quería sentirse a gusto consigo misma. Por eso ignoro a cada extraño con el que se cruzó. Ya tenía suficiente con hablar todos los días en su tienda con gente desconocida.
Siempre se sentía mejor estando fuera, al aire libre, la noche era muy bonita en esa ocasión, decorada con un hermoso cielo índigo y el rosa de los cerezos en las calles.
Si solo se concentrara en apreciar la belleza de la naturaleza, no tendría que pensar en todas sus preocupaciones laborales y familiares y aunque sea por un minuto, sería libre.
Así que corrió, ganando velocidad lentamente en los senderos casi vacíos del parque cerca de su casa.
A la joven le tomó un tiempo cansarse y disminuir la velocidad hasta detenerse. Aeri apoyó las manos en su cadera, respirando rápidamente para recuperarse del trote. Fue agotador, pero la hizo sentirse bien y viva.
Un sonido agudo comenzó a sonar, una canción molesta que nunca elegiría como tono de llamada. Claro está que ella no la eligió, fue la persona que la estaba llamando en ese momento.
Atendió la llamada con una sonrisa en el rostro.
—Ey Ning, que tal si sacas tu trasero de ese sofá en el que seguramente estás sentada y me acompañas a correr.
Por supuesto ella rechazó la oferta de inmediato. Ningning, una amiga muy cercana que conoció en la universidad, es sin duda la persona menos atlética y con menos habilidad motriz que alguna vez conoció y la única que puede sentirse orgullosa de ello.
Ningning a través de la línea preguntó si tenía planes para pasar la noche y Aeri tarareo negando, comenzando a caminar lentamente hacía un pequeño río del parque.
—Realmente no. Creo que solo voy a disfrutar del aire fresco y esas cosas— Dijo sentándose a un lado del río, cerrando los ojos por un momento. El olor a primavera se sentía fuerte e hizo todo lo posible por memorizarlo.
Ningning se quejó, diciendole lo aburrida que era, pero Aeri solo dejó escapar una pequeña risita.
—Te pediría de nuevo que te unas a mi, para que no sea aburrido, pero no quiero arruinar tu cita con el televisor, así que, ¡Nos vemos mañana!
Ningning protestó un par de veces más insistiendo. Cualquier otro día, Aeri hubiera considerado ir a su casa, para charlar un poco. Sin embargo, sentía que ahora disfrutar de su tiempo a solas sería lo mejor. Durante los últimos años, tuvo demasiado en su mente, muchas cosas con las que lidiar y muy poco tiempo.
Finalmente ella tenía un momento para sí misma y lo disfrutaría.
Pronto ya no se sentiría tan sola, aunque lo quisiera.
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The mark; winrina
Fiksi PenggemarEn un mundo donde todos están destinados a encontrarse con el amor de sus vidas, el no obtener la marca de alma gemela se consideraba lo peor que le podía pasar a una persona. Sin embargo Jimin y Minjeong no se sentían desafortunadas. A pesar de no...