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—Te perdono -exclamó con los ojos cristalizados por algunas lágrimas y una expresión que decía «esto es caer bajo"» pero también «Hazlo otra vez».

Crowley habiendo sentido como si le hubieran arrojado un balde de agua helada solo se dio la vuelta. —Olvídalo... -masculló saliendo de la librería.

Metatron ingresó poco después y se llevó a Aziraphale consigo, Crowley observó a lo lejos al lado del Bentley, albergando la esperanza de que el ángel, su ángel, hiciera al cielo de lado para unirse a él y seguir siendo ellos a favor de la humanidad, pero no fue así, cruzaron miradas una última vez y Aziraphale ingresó en el elevador que los llevaba al cielo, Crowley decepcionado miró a su alrededor, apreciando la calle que le brindaba seguridad, pues no volvería a pasar por ahí, no sin tener algún motivo, este motivo era su ángel y lo había dejado.

Subió al Bentley y lo puso en marcha sintiendo una indescriptible ira y decepción, pero de acuerdo iba avanzando, eso se transformaba en tristeza y su corazón, el cuál ya estaba seguro de que tenía, se iba rompiendo más y más.

«Estúpido, estúpido, estúpido» -se repetía mentalmente mientras subía la velocidad gradualmente y apretaba el volante (no mucho, pues podría romperlo y amaba demasiado a su Bentley para eso). Condujo por horas y horas, alejándose tanto como podía de la librería, del parque, del Ritz, no podía alejarse de los recuerdos, pues ambos habían recorrido el mundo entero, encontrándose una y otra vez, así que su misión sería alejarse de los sitios que habían concurrido en el último siglo, especialmente la librería.

Cuando Metatron le dijo a Aziraphale que preparaban la segunda venida se sintió indeciso ante su decisión, pero él sentía que sí tomaba el lugar de arcángel supremo, podría cambiar las cosas. Ya en el cielo no fue recibido con tanta alegría por parte de los demás ángeles, pero después de que Gabriel se fugara con Belcebú, no quedaba otra opción a pesar de que estos seguían molestos por todos los "estragos" que había causado, fue ascendido a Arcángel Supremo en una pequeña ceremonia, sintió un pequeño dolor extraño en su interior, pero nada que considerara fuera de lo común; los demás arcángeles le hicieron una leve reverencia demostrando respeto y se dispersaron  a sus tareas.

Aziraphale podía sentir un poder enorme dentro de sí, le atemorizaba un poco, pero no lo iba a demostrar, un ángel de menor rango se acercó a él y le tendió una muda de ropa, Azira la observó y se negó.

—Preferiría seguir con esta por un tiempo -se acomodó su chaleco.

Metatron rió levemente —Ay, los hábitos, ya verás que esta fue la mejor decisión Aziraphale, para todos. -le dio unas palmadas en el hombro y continuó su camino.

El nuevo arcángel supremo miró la tierra con ojos de anhelo, se tocó los labios y dejó resbalar una lágrima.

«Prometo que las cosas serán mejores, Crowley»

Y sin más se entregó a sus labores, por supuesto, de vez en cuando espiaba la librería y se aseguraba de que Muriel no hubiera vendido nada, otras veces miraba a su amigo, pero este en su mayoría estaba bebiendo o causando desastres de demonio y no como los que hacía cuando él estaba en la tierra, los hacía como si fuera un demonio enserio, uno que no es gentil, esto le hacía sentir pesar en su corazón.

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Este es el primer capítulo de lo que sería un fanfic imaginando los eventos de la tercera temporada, perdonen por haber revivido el trauma, pero era necesario.
Si quieren que continúe voten y comenten.

El fin del mundo... ¿Otra vez? [Good Omens/S3] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora