Ollie estaba parado afuera del centro comercial y se dio cuenta demasiado tarde de que aquel lugar estaba demasiado lejos de su casa. Aunque su primer pago llegó ese día, no quería comenzar la semana malgastando el dinero, así que estaba decidiendo que hacer cuando un auto rojo se estacionó frente a él.
—¿Te vas? —Mark se asomó por la ventana con una sonrisa en los labios. Otro idiota que quería que se subiera a su coche y que sonriera encantado porque los asientos estaban forrados en piel.
—Me voy a pie —dijo con frialdad. No quería que un hombre como Mark pensara que podía usarlo como entretenimiento. En respuesta este apretó un botón en el tablero y la puerta se levantó hacia arriba de forma automática, estaba presumiendo.
—Anda, no todos los días vas a tener la oportunidad de subirte a un coche como este —insistió. Estaba a punto de responder, cuando vio de reojo al auto de Kenneth esperando el semáforo, el estacionamiento estaba al otro lado de la plaza, así que seguramente se estaba encaminando a la carretera principal para volver al centro de la ciudad.
—No me interesan los autos —dijo, ladeando el rostro, el modelo de Mark parecía mucho más ostentoso que el de Kenneth, era deportivo, de sólo dos asientos, perfecto para un hombre soltero que disfruta de salir a ligar.
—Eres tan difícil como cuando estábamos en la prepa —dijo, pero no hizo ademán para marcharse, de hecho, dejó abierta la puerta y le miró, retándolo a alejarse de él—. Me gustabas entonces y me gustas ahora, déjame sacarte a pasear, yo invito —Su sonrisa dudó un momento, parecía un poco más cálida, pero no lo convenció.
El ofrecimiento le pareció tan frívolo, que no tuvo palabras para responder. Por supuesto que Mark se sentía atraído por él cuando estaban en la preparatoria, no se dio cuenta en ese entonces, pero ahora como un adulto podía notar los detalles que en su momento se perdió.
—¿Estás hablando en serio? —dijo, frunciendo el ceño. Era extraño, nunca pensó gustarle a ninguno de sus compañeros, no lo querían ni siquiera como amigo, Mark era de los que casi nunca lo molestaban, pero tenía la costumbre de pincharlo con apodos infantiles o quitándole sus cosas. Sumado al trato de los demás, Ollie siempre se sentía estresado al verlo acercarse, aunque seguramente solo intentaba ser juguetón.
—Por supuesto, nunca dije nada porque eras el novio de Kenneth, pero ahora no lo eres ¿Cierto? —preguntó, levantando una ceja con expresión divertida. Ollie negó con la cabeza.
—Tampoco somos adolescentes, ya pasó un mundo desde la preparatoria —Sabía que no era el mismo chico que todos conocieron en el pasado y Mark tampoco, aunque estuviera ante uno de los hombres más hermosos de la ciudad, no tenía ganas de enredarse con alguien tan problemático, además su libido había muerto hace mucho tiempo.
—Me gustaría conocerte, ahora como adultos ¿No es más divertido así? —de alguna forma consiguió escucharse genuino al decir aquellas palabras, pero él era un tempano de hielo.
ESTÁS LEYENDO
El bebé del jefe
Romance(LGBT) Ollie necesita desesperadamente un trabajo y cuando por fin parece que llegó al lugar indicado, un fantasma de su pasado aparece para atormentarlo. . . Novela participante en el Open Novella Contest.