(LGBT) Ollie necesita desesperadamente un trabajo y cuando por fin parece que llegó al lugar indicado, un fantasma de su pasado aparece para atormentarlo.
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Novela participante en el Open Novella Contest.
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—Déjalo en paz ¿Qué no lo sabes? Ollie no tiene modales porque no tuvo padres que se los enseñaran —Su primo mayor, Aidan, lo miraba con la cara muy seria, mientras el resto de sus amigos se partían de la risa.
—El abuelo trató de enseñarle, pero la peor parte ya estaba hecha —agregó Ada, su prima menor, con un claro tono de burla.
La cara de Ollie se ruborizó, no era la primera vez que le decían algo como eso y no sería la última, por lo que se limitó a seguir comiendo mientras esperaba a que Kenneth saliera de su examen. Habían pasado quince minutos y fue como si aquellos dos hubieran olido que estaba solo y desprotegido. Ollie no quería pelear con ellos, no quería enfrentarse a ellos, porque sabía que tarde o temprano eso terminaría convirtiéndose en un gran problema en casa, su tío se pondría furioso, iría a gritarle, luego le gritaría a su abuelo, le reclamaría que nunca podría ser el favorito, aunque su hermana estuviera muerta y su abuelo se pondría muy triste.
—El huele muy mal —Ada comenzó a hablar con el resto de sus esbirros, como si Ollie no estuviera presente, mientras el pobre de ponía rojo como una fresa madura.
—Es porque viste ropa de segunda mano, dicen que se la quitan a los muertos y el olor se le pega para siempre —Comentó Aidan de forma casual. Le gustaba actuar como si fuera muy inteligente y estuviera por encima de todo, sin embargo, todavía tenía la cara para inventar tonterías.
Ollie apretó los dientes sintiendo que los ojos le ardían, tenía ganas de llorar, sin embargo, sabía que si se marchaba lo seguirían como lapas, divirtiéndose con su sufrimiento.
—Ahí viene Kenenth —dijo de repente uno de los acompañantes de sus primos, quien hasta ese momento se había limitado a reírse y aplaudirles todos sus comentarios, sin importar cuan mezquinos y crueles fueran.
—Vámonos antes de que saque un arma y nos dispare —"bromeo" Ada, riéndose por lo bajo.
—Ten cuidado, te quedarás muy triste cuando él y toda su familia vaya a la cárcel —agregó Aidan antes de dirigirse al lado contrario de dónde venía Kenneth, acompañado de Mark. Todos decían lo mismo, que la familia de Kenneth hizo su fortuna con dinero sucio, que estaban intentando limpiar su imagen y congraciarse con las familias de bien enviando a sus hijos a esa escuela, donde podrían conectar con todos los grandes apellidos de la ciudad.
Ollie se colocó las manos en las mejillas un momento, intentando mitigar el calor que lo había invadido. Siempre que los escuchaba hablar de ese modo le daban ganas de desaparecer del mundo.
En ese momento Mark y Kenneth se sentaron cada uno a un lado suyo, este último le rodeó los hombros en un abrazo y le besó la mejilla, mientras Mark intentaba hacer lo mismo fingiendo que era una broma, encontrándose con la mano de Ken que le dio un empujón en la cara.
—¿Estás bien? —como no, Ken se dio cuenta enseguida que tenía la expresión de un perrito apaleado.
—Es que creo que salí mal en el examen —mintió. No quería armar un gran problema y sabía que Kenneth se pondría furioso si se enteraba de lo que había pasado.