V. POLIZONES

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— ¿Estás seguro de que no engordaste y subiste unos 10 kilos con toda la pizza que te comiste? —dijo HyunJin, mientras bajaba de la limosina seguido por su hermano, quien se masajeaba el estómago con satisfacción.

—Estoy seguro de que después me pondrás a hacer tanto ejercicio que bajaré 20 kilos—respondió Félix, caminando junto a su hermano mayor con una sonrisa.

—Cuenta con ello. Me aseguraré de que siempre estés en forma—HyunJin pasó su brazo por encima de los hombros de Félix, atrayéndolo hacia él mientras jugaban y se balanceaban de un lado a otro.

— ¿Sabes? Ya quiero que sea de noche para mostrarte lo que encontré—dijo Félix en voz baja, para que solo HyunJin pudiera escucharlo, consciente de que estaban rodeados por empleados.

—Calma, apenas son las 4. Falta para eso—añadió HyunJin mientras cruzaban la puerta de su casa, guardando silencio para evitar que alguien escuchara algo que no debía.

—Voy a revisar unas fotos que me hicieron para una campaña de revista, puede que tarde un poco—dijo Félix, colgando su chaqueta en el perchero y mirando a su hermano.

—No te preocupes, ve a hacer lo que tengas que hacer. Yo iré a descansar y ver algo de televisión—respondió HyunJin, imitando el gesto de Félix mientras se dirigía a la sala de estar, dispuesto a esperar la noche para poder divertirse con su hermano mellizo.

Pasaron un par de horas durante las cuales no se vieron. Mientras Félix revisaba las fotos para enviar sus comentarios a la agencia, HyunJin vio un partido de su equipo favorito y tomó una pequeña siesta. Para cuando se encontraron de nuevo, ya había anochecido y era hora de cenar.

— ¿Me dejarás ver las fotos después? —preguntó HyunJin mientras comían, cuidando de no hablar demasiado para evitar que los empleados, que eran como los perros falderos de su padre, escucharan.

—Claro, si quieres, cuando terminemos aquí te las muestro. Con suerte te impresionarán—respondió Félix, evitando caer en la clara indirecta.

—Me gusta ese plan—HyunJin asintió, y ambos guardaron silencio mientras terminaban de cenar.

Finalmente, llegó la hora de estar juntos. Por la noche, en su cuarto, nadie se atrevía a molestarlos, así que se dirigieron hacia allí. Cruzando el salón principal desde el comedor hacia las escaleras para subir al segundo piso, se encontraron con una persona que detestaban profundamente.

— ¡Oh! Pero si son los cachorritos de Joseph. Pensé que él los habría dejado encadenados antes de irse—dijo Scarlett, una mujer a la que odiaban, siempre buscando ofenderlos con sus comentarios burlones.

—Buenas noches, señorita Scarlett—saludó HyunJin con educación, ignorando el comentario.

—Buenas noches—dijo Félix, con una sonrisa falsa, tratando de mantener la compostura.

—No me agradan ni un poco ustedes dos—añadió la mujer, caminando con altanería por la mansión.

—Disculpe, ¿puedo preguntarle a dónde se dirige? —HyunJin la siguió lentamente, con Félix justo detrás.

—No es asunto suyo. Vengo a buscar algo en la oficina de su padre—respondió Scarlett, sus tacones resonando en el suelo.

— ¿Mi padre está al tanto de esto? —preguntó Félix, incapaz de ocultar su molestia.

—No, y ustedes no tienen por qué decir nada—dijo ella con un tono seco, adentrándose en la oficina de su padre. Los hermanos la siguieron, cerrando la puerta detrás de ellos, y su actitud cambió por completo.

—A nosotros tampoco nos agrada ni un poco, señorita Scarlett. De hecho, la detestamos—dijo HyunJin, su voz reflejando el desprecio que sentía por ella.

Stupid Love Story [Stray Kids]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora