HELENA
Cuando estaba a punto de llegar a mi casa, decidí cambiar mi destino y manejar hacia la casa de mi hermana. Necesitaba desahogar este sentimiento tan raro que tenía.
Me bajé de mi auto y toqué una vez que estaba frente a la puerta. Mi hermana siempre ha sido mi mejor amiga, así que le podía contar sobre todo lo que yo quisiera.
Ahora abro - escuché que Marlene gritó desde adentro de su casa. - Helena, ¿qué te trae por acá?
Necesito hablar contigo urgentemente -dije mirando mi cara de preocupación, y se hizo a un lado para que pudiera pasar.-
-¿Está todo bien, Helena?
No, Marlene - la miré- No está nada bien ahora.
Ven - me tomó de la mano.- Vayamos adentro y hablemos con más calma.
La seguí hasta que estuvimos en la sala, no sin antes saludar a mis sobrinas Anil y Adara cuando pasé por su cuarto de juegos.
Cuéntame - me miró y me mostró una pequeña sonrisa.- ¿Qué te tiene así?
Antes que nada, no me vayas a juzgar ni a regañar - la miré.-
-Está bien.
Hay una chica nueva que acaba de llegar a la Universidad -comencé a jugar con mis manos. - Tiene dos semanas ahí, pero ya siento que la odio, Marlene.
Eso no puede ser posible, Helena -mi hermana me miró con confusión. - Por qué lo dices? ¿Te ha hecho algo?
No, pero no la soporto -miré mis manos. - Siento algo muy raro cuando la tengo cerca.
¿Te gusta, Helena?" -me miró y me sonrió.-
Claro que no, Marlene - me sobresalté.- Eso no puede pasar. Jamás me ha atraído una chica. Además, yo tengo a Albert
- al cual no había pensado últimamente gracias a la chica de pelo cobrizo.-Eso no quita que te empiece a gustar alguien más -soltó una pequeña risita- Además, sabes que no me agrada ese patán, y si esa chica hará que te alejes de él, pues tiene todo mi apoyo.
Sin querer escuchar nada más, tomé mis cosas y me dispuse a salir de su casa. No era posible que Grettel me empezara a gustar. No era posible que me gustara una chica, porque jamás me había gustado una. Yo tengo mi relación estable con Albert, al cual quiero mucho.
Me subí a mi auto y comencé a conducir a mi casa. Necesitaba descansar y relajarme un poco, nada que una buena copa de vino no solucionara.
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GRETTEL
Me encontraba ya en mi casa, descansando después de esa clase tan pesada de natación. A mi mente venía una y otra vez la discusión que había tenido con Helena. Ya me empezaba a estresar. Escuché que mi hermano tocó la puerta, y lo dejé pasar.
Grett, vengo a contarte algo - lo miré y sonreí. Me encantaba que John tuviera esa confianza conmigo.-
Ven, siéntate - le hice la señal en un espacio de la cama.- Cuéntame.
En mi escuela me ofrecieron un intercambio al extranjero durante lo que me queda de la carrera -me miró con una sonrisa muy grande.- Pero no sé si aceptarlo.
¿Estás bromeando? Obviamente tienes que aceptarlo -sonreí- ¿A dónde es?
Canadá -su mirada viajó hasta sus manos y comenzó a jugar con ellas por el nerviosismo-
Wow- dije, bajando un poco mi adrenalina. - Yo creo que debes aceptarlo, pero háblalo primero con papá y mamá.
Sí, lo haré -se acercó a mí y me dio un pequeño abrazo.- Gracias, Grett, por ser la mejor hermana.
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¿Y Si Rompemos Las Reglas, Aceptas?
RomanceYo quiero estar contigo -tome sus manos con la esperanza de que me mirara- Pero no podemos entiende -subió su tono de voz y se alejó abruptamente- -Luchemos juntas Helena. No tiene caso Grettel -me miro- que van a decir los demás?