Después de encerrar a mi dulce Belle en el armario de productos de limpieza donde yace encadenada de pies a cabeza como un perro regreso a la sala me dispongo a tomar una cerveza de las que guardo en el mini refrigerador sentarme en el sofá caoba y subo los pies a la mesa de centro mientras paso de canal a canal en la televisión ha Sra ahora no encuentro nada bueno solo pura mierda en la televisión.
Destapó la cerveza con el borde de la mesa de la sala hasta que escuchó la corcholata caer se que ya puedo darle tragos a mi bebida, me termino la cerveza en cuestión de minutos siento como este líquido calienta mi garganta y baja hasta mi esófago—estoy listo para mi masaje vecina—me recuesto más en el sofá y la espero un par de minutos no me vendría nada mal un masaje después de las insolencias de mi esposa y el tener que castigarla me dejo estresado necesito relajarme ¿por qué demonios tarda tanto? ¿Porque es tan difícil que hagan lo que yo quiero en esta casa? todo, absolutamente todo lo tengo que hacer yo, suspiro disgustado y lanzo la botella vacía contra el televisor—cuando aprenderán a respetarme, yo soy quien manda aquí—me saco la camiseta y los zapatos y recorro el pasillo que lleva a la habitación de invitados le doy vueltas al pomo y destrabo la puerta— ¿porque no pueden hacer lo que yo les pido? ¿Tan difícil es lo que pido?—levantó el interruptor de la luz de la habitación que al instante ilumina el espacio donde tengo a la vecina retenida—por un momento olvide que te tengo bajo llave vecina, es hora de que salgas de aquí y seas útil—le quito las cadenas que la tenían retenida en el suelo de la habitación, la ayudo a levantarse con cuidado y ella toma esa oportunidad para darme un codazo en mi esternón haciendo que se me escape el aire y me doble en dos, oportunidad que ella toma para irse por la puerta y salir.
Maldigo cuando me recompongo del todo y me marcho de la habitación no me toma mucho tiempo volver a encontrar a mi vecina que tenía retenida un par de horas antes puesto que en el departamento donde vivo no es tan grande y eso es perfecto para localizar rápido a mis presas —veo que la gatita quiere jugar—digo antes de llegar a ella a paso veloz y la atajó mientras intenta abrir la puerta, la muy inútil no sabe que de aquí no hay escapatoria cuando la retengo contra mi cuerpo da golpes al aire intentando golpearme con algo de suerte lo cual es inútil inhalo su aroma de desesperación por querer salir de aquí a cualquier costa, ya me canse de ver como pelea inútilmente y ni siquiera lo hace bien tiro de la cadena que tiene en el cuello haciendo que pierda el equilibrio y caiga— vamos, es hora de mi masaje—la llevo jalando por su cadena hasta el sillón ya ahí le retengo las manos en mis hombros—si intentas algo lo sabré, y te saldrá muy caro—le digo que empiece mientras me recuesto con la cabeza en el reposabrazos, como tarda no me da más opcion que quitarme del sillón— he dicho que quería un masaje maldita sea— le grito estando detrás de ella y la empujo al sofá haciendo que caiga de cabeza a los cojines con una pieza de soga amarró sus brazos arriba de la cabeza y sin prestar atención a sus lloriqueos y súplicas le doy de latigazos con mi cinturón, cada latigazo con más satisfacción de verla suplicar y llorar, con más fuerza para lastimarla y que aprenda a que no tiene que desobedecerme a mi, a su amo ya dejándole en carne viva su pecho me pongo el fajo y sonrío de satisfacción al saber que sufrió y que le cuece la piel—eres una mala nena vecina, pero papi te encontró y te va hacer mansa—me pongo frente a ella para que me vea —espero hayas aprendido tu lección—junto nuestras bocas bruscamente mientras meto mis dedos en su vagina estrecha, le estimulo el clitoris varias veces consiguiendo jadeos de su parte y haciéndola alcanzar el clímax y a continuación todo su diminuto cuerpo vibra con cada venida que tiene pero eso no me es suficiente para venirme y sentirme extasiado, sucio repito mis movimientos de mano con más rapidez y sus sonidos sexuales son música para mis oídos tengo hasta que la hago saborear mis eyaculaciones y hasta se que tanto mentalmente como físicamente la dejo como una gelatina, la encadenó nuevamente en su habitación—vaya aventura tuvimos, estuviste dulcemente increíble—me alejo y cierro la puerta de invitados bajo llave, no planeo arriesgarme a que mis dos mujeres se conozcan y se me pongan rebeldes, me encanta tener a dos mujeres a mi disposición y definitivamente me gusta el poder que ejerzo sobre ellas.
Abro la cortinilla de la ducha y entro, abro las llaves del agua para consecutivamente regular el agua con la que me voy a bañar ya con el agua a un buen punto dejo que me recorra y empape todo mi cuerpo mientras empiezo a asearme bien, enjabono todo mi cuerpo con el estropajo que comparto con Isabelle, en un extremo de la regadera me encuentro con una de las pantaletas roja de encaje de ella, la tomo entre mis dedos y me la llevo a nariz, inhalo su perfume corporal al igual que saboreo con la lengua sus fluidos vaginales ¡joder! sabe tan delicioso susurró su nombre una y otra vez deseándola tener aquí conmigo, esa mujer es como mi droga nunca tengo suficiente de ella, desde que la aceche varios años como un león caza a su presa supe que sin importar como seria mía de todas las formas posibles y tarde o temprano seria con quien gestaría a mis hijos, el saber que pronto lograre esa meta me hace sentir feliz, emocionado no quería esperar tanto así que de una forma u otra estoy acelerado el proceso por eso le estoy inyectando hormonas.
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Hasta que los golpes nos separen
ContoIsabelle Es un desastre Es una sumisa, Marcus es el dominante Están casados, ella se casó a la fuerza, su matrimonio es tóxico Si ella lo desobedece le pega