Capítulo 15

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Flor, la madre de Samuel se encuentra en la cocina preparando la cena de esta noche, a pesar de tener ya 7 meses de embarazo, no para de hacer sus labores. Su madre ya la ha regañado por estar haciendo esfuerzos, siendo que está embarazada, pero Flor siempre le contesta a su madre que no pasa nada que no se preocupe, pero, aun así, siempre su madre le es insistente en que al menos la deje ayudarla en la casa, su embarazo es sumamente riesgoso y si sigue haciendo esfuerzos, podría tener un incidente con su embarazo.

Flor sabe los riesgos que hay, pero aun así no para de seguir haciendo sus labores sola, se niega a que su madre la apoye.

A la puerta comienzan a llamar, Flor abre para saber de quien se trata, es su esposo quien llama a la puerta, trae entre sus brazos a su pequeño hijo, al parecer se ha quedado dormido después de la caminata, sin despertar a su pequeño, su padre lo lleva hasta su habitación para acostarlo en su respectiva cama y sin hacer tanto ruido cierran la puerta de la habitación.

—¿Tienes hambre? —dice Flor a su esposo.

—Si, un poco.

Mientras le sirve la cena, le pregunta cómo estuvo su día, su esposo simplemente le contesta que estuvo muy divertido, pues su pequeño se divirtió demasiado, hasta incluso comieron un helado. Su esposa le coloca la cena y Titán le toma y le besa la mano. Llevan ya 3 años de casados, llenos de detalles y mucho romance entre ellos.

La noche ha caído y con ello la oscuridad y el silencio en el pueblo, lo cual trae una paz y una tranquilidad, entre el silencio solamente se escuchan a las personas que regresan a sus casas. La gente del pueblo no acostumbra hacer ruido por las noches, para ellos es sagrado el sueño.

Flor y Titán ya están listos para descansar, ya que mañana Titán debe madrugar, Flor le comenta a su esposo que no le gusta que salga muy temprano de casa, su esposo le responde que no se preocupe, que no irá lejos solo estará en el mercado de la comunidad, a Flor no le gusta estar mucho tiempo en casa sola.

Ella siempre ha sido una mujer muy activa, antes de su embarazo, ayudaba y apoyaba a su esposo en el negocio familiar, pero cuando se enteraron de que nuevamente tendrían otro bebé dejó de hacerlo, aunque no lo parezca, Titán también extraña ver y estar con su esposa. Nadie se puede imaginar que detrás de un hombre alto, fuerte y fornido, hay un gran corazón que se une con una mujer que es encantadora, tierna y amable con todos, justo antes de irse a descansar, Titán le besa y le acaricia la barriga a su esposa quien sonríe y ríe por las cosquillas que siente.

Es media noche, todos en el pueblo ya están durmiendo, es una tranquila noche, Flor empieza a soñar que se encuentra en su hogar, el aroma y la voz de una mujer riendo empieza a escucharse, Flor se acerca para ver que está pasando y escucha reírse a su esposo, abre la puerta y despierta sofocada y muy sudada por su sueño, por fortuna nadie la ha visto despertar de la nada, cierra los ojos e intenta seguir descansando.

Por la madrugada, despierta Titán para prepararse e irse a trabajar, sin despertar a su esposa se viste y se despide, sale de su casa sin hacer tanto ruido y se va entre el frio y la obscuridad de la madrugada.

Camina entre las calles sin nadie en ellas, solo es él y la obscuridad andando. Llega muy temprano al mercado, es el único que siempre acostumbra abrir antes que todos, como siempre barre y limpia su lugar de trabajo para que se vea muy bien, mientras espera a sus clientes, se prepara un rico y delicioso café, mientras lo bebe y acomoda la fruta, una mujer muy guapa se le acerca.

—Bonita mañana —dice Jazmín. — Titán le responde al saludo —. Una disculpa, no soy de aquí, apenas estoy llegando al pueblo, ¿podría decirme donde puedo comprar algo de verdura?

—Yo vendo verdura, señorita, si gusta puedo ofrecerle lo que desee.

—Mire que casualidad —dice Jazmín, riendo un poquito.

Amor a la antigüitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora