Capítulo 11

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Mirabel está en su oficina, cuando una de las chicas toca a la puerta para avisarle que Brit está muerta. La madrota sale de su oficina y llega a los cuartos, en cuanto entra, toma del pelo a Alba, mientras le grita.

—¡Te vas arrepentir de lo que has hecho! — Esto era lo que temía Lulú, sabía que culparían a Alba. — Mirabel saca del cuarto a Alba. — Lulú y las chicas saben lo que pasará.

La madrota lleva a Alba al cuarto obscuro, le amarra las manos y la desnuda como forma de castigo por lo que ha hecho, toma el látigo y comienza a golpearla. Alba grita del dolor y se tira al suelo, mientras la madrota continúa golpeándola.

Mirabel para de golpearla hasta que ve la sangre de Alba escurriendo de su cuerpo, ya no puede ni levantarse del suelo. La madrota está cansada, así que sale del cuarto y deja a Alba encerrada para que se desangre toda la noche.

Alba pasa toda la noche con frio, al otro día regresa Mirabel para seguir torturándola, hasta que pague por la muerte de Brit.

Los días pasan y Alba es torturada con múltiples de formas, recibe quemadas y cortadas en los pies y brazos, llegan a introducirle ratas vivas en su vagina.

El único líquido que llega a beber es orina y su única comida es el excremento de las personas, Mirabel sabe que no es suficiente dolor, así que decide ofrecerla a los hombres por un bajo costo. Alba se convierte en una muñeca de placer, los hombres hacen lo que quieren con ella.

Es violada noche tras noche por múltiples de hombres, llegando al punto de ser violada por más de 20 hombres que por horas no dejan de penetrarla y humillarla, los hombres llegan a obligarla a comer su propio excremento, a beber su semen y a complacer fetiches asquerosos.

Alba llega a pasar días o hasta semanas donde no deja de ser violada, llegando al punto de defecar sangre, Alba y el lugar huelen asqueroso, hay una bomba de olores. La pobre chica ha perdido la cuenta de cuántos días ha estado aquí, lo poco que ha llegado a comer solo son migajas de pan con purgantes y sabor horrible, el agua que bebe es la del drenaje.

Han pasado tantas cosas, que ha perdido el dolor y sus emociones, los hombres se han convertido en un asco para ella.

Esta mañana que parece ser otra maldita tortura, escucha que la puerta se abre, la madrota entra para despertarla.

—Despierta, estúpida. — Alba se levanta adolorida por la noche de ayer. — Madre, ¿tengo algún cliente?

—No, vengo por ti, vas a regresar a trabajar con las chicas.

—Está bien madre, gracias. — Alba sale del cuarto e ingresa una chica nueva. — La chica intenta pedirle ayuda, pero Alba solo se calla y sale, pues no es su problema.

—Espero que lo hayas entendido, si vuelves a cometer una estupidez, la próxima vez no voy a meterte en la habitación obscura, me voy a encargar de matarte, ¿entendido? —dice Mirabel.

—Claro, madre, nunca más la volveré a defraudar.

Mirabel abre la puerta y Alba entra al cuarto donde están todas las chicas. Todas ven la condición en la que está Alba, está sucia, tiene heridas y moretones por todo el cuerpo, Lulú corre hacía ella para cubrirle el cuerpo.

—Alba, ¿qué te han hecho?

—Nada

—Cómo que nada, mírate como estas. — Alba la mira y responde muy seria —. No me hicieron nada y no quiero hablar de eso.

Alba ve que hay una niña en la cama llorando, al parecer acaba de llegar, mira que nadie está a su lado, todas solo la ignoran, decide acercarse a ella y decirle

Amor a la antigüitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora