A la mañana siguiente, Kioko, como todos los días, dejó a su hermano en el instituto y caminó hacia la preparatoria.
Mientras que por el otro lado de la calle, Josuke trataba de planear un discurso de disculpa mientras sostenía una camellia en sus manos, la favorita de Kioko.
-Corre, ahí está-. Ánimo Okuyasu empujándole.
Josuke se plantó enfrente de Kioko, rojo como la flor que le iba a entregar
-Kioko, escúchame-. Josuke trató de frenarla al ver que no paraba de caminar.
Kioko frenó su paso y se cruzó de brazos esperando el diálogo de Josuke.
-Quiero disculparme, no quiero que te disgustes por mi culpa, se que estuvo mal, y haré lo que sea para conservar nuestra amistad- Josuke le entregó la flor, esperando a que la agarrara para continuar hablando. -Dame otra oportunidad- Sonrió bobamente.
Kioko sonrió de vuelta mientras olía la fragancia que la flor desprendía.
-Yo tambien he hecho cosas malas, no me puse en tu lugar cuando Rohan se burló de tu pelo. No entiendo porqué te molesta tanto, pero bueno, perdóname tambien- Se abrazaron tras aquella disculpa.
-¿Okuyasu?- Dijo Matsumoto al verle en el callejón.
Él saludó con la mano.-Le ayudé a conseguir la flor- Sonrió ampliamente.
De nuevo caminaron a la preparatoria tranquilamente.
En la clase de arte de Kioko, vieron como los trabajos de la gente iban avanzando.
En el turno de la cobriza, mostró el trabajo abstracto de Josuke, su profesora estaba muy alegre de la gran creatividad que tenían sus alumnos.
En la hora del recreo, Kioko mostró el dibujo a sus amigos, y todos quedaron impresionados.
-¿Aprendiste a dibujar por Rohan?- Preguntó Okuyasu.
Kioko asintió, mientras que Josuke ponía una cara de molestia al oír aquel nombre.Por la tarde Kioko y Josuke querían quedar, pero, con las palabras de Jotaro.
"Tenemos que matar a una rata enemiga"Kioko prefirió no indagar en la conversación y lo dejó pasar.
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Cuando Jotaro y Josuke terminaron la tarea de asesinar a la rata, pasaron por en frente de la casa del mangaka, ya que por ahí había un atajo hasta el hotel de Jotaro.
-Kioko- Saludó el peliverde mientras buscaba en su buzón el correo nuevo.
-Hola Rohan- Josuke y Rohan hicieron una mueca de asco al encontrarse.
-¿Qué hacéis juntos, y solos?- Preguntó mirando de arriba a abajo a Josuke
-¿No es obvio?- Josuke levantó la mano, mostrándole a Rohan que estaban dados de la mano.
-Ese es un gesto muy infantil, ¿no crees?- Kioko suspiró.
-Nos tenemos que ir, mañana nos vemos Rohan.- Salieron de esa situación lo antes posible.
Caminaron hacia la casa de Josuke en silencio, pero con las manos todavía tomadas.
-¿Estás celoso de Rohan?- Kioko preguntó.
-No, simplemente es alguien horrible- Kioko rodó los ojos.
-No tienes porqué estarlo- Kioko le dió un beso en la mejilla y volvió a su casa.
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Al día siguiente, Kioko estuvo en el recreo comenzando el dibujo del hiperrealismo, comenzando con un ligero estrés ya que no le salía la forma de la mano.
-Chicos- Kioko saludó. -Necesito ir a casa de Rohan, luego nos vemos- Dejó a su hermano en casa y se fue a la casa del mangaka.
Estuvieron más de dos horas para tratar de dibujar las manos, era un punto débil de Kioko.
Cuando por fin lo consiguió, guardó todos sus utensilios, pero antes de guardar el cuaderno donde había comenzado el boceto de hiperrealismo, dirigió su mirada al cuadro de Rohan, con una mirada algo apenada.
-Míralo bien, está en perfecto estado, no tienes que preocuparte- Posó su mano en su hombro.
-Ya, sé que está bien, pero el verlo destruido sigue persiguiéndome-
Rohan trató de calmar el ambiente dándole más consejos a Kioko sobre distintas técnicas de dibujo, tratando de ayudarla a mejorar.
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El cumpleaños de Kioko se acercaba, y con ellos unos hermosos 17 años.
-Pero, ¿De verdad que no vas a querer ninguna fiesta? Son su 17- Su padre insistía sobre la celebración de su cumpleaños.
-Que no, lo pasarémos juntos, los tres, y al día siguiente, me iré con mis amigos-
-A mí me gusta el plan de Kioko- Dijo su hermano concentrado en la televisión
-Pues a mí no, al menos vayamos a algún lado, ¿Comemos fuera?- Kioko asintió agarrando su maletín para ir a la escuela, su hermano estaba supuestamente enfermo.
Como todos los días, Kioko y sus amigos fueron a la escuela, recibía felicitaciones de sus profesores por sus calificaciones, y volvía a su casa.
A veces se preguntaba si haría algo fuera de lo que era su rutina habitual.
Y claro que lo hizo. Pero mucho tiempo después.
De momento Kioko seguía viviendo su vida normal, o lo que le permitía el ser una usuaria de stand.
Les comentó a los chicos sobre su cumpleaños, que era en menos de dos semanas, el 16 de mayo, y sobre la insistencia de su padre.
-Es que.. Desde que no está mi madre no me gusta hacer fiestas de cumpleaños, están incompletas-
-Puedes venir con nosotros, te vendrá bien- Josuke sonrió, acompañado de sus amigos.
De vuelta a su casa, Kioko encontró a Chō, la enamorada de su hermano.
-Hola- Saludó Kioko. -¿Buscas a mi hermano? Te ha echado mucho de menos, y espero que a él, ven pasa.- No dejó a la pobre chica hablar.
-Kioko, tráeme- Al ver Chō, se comenzó a colorar.
Reaccionó rápido y la llevó a su habitación, observando como su hermana se reía de él.Kioko se asomó a la habitación de su hermano y espió toda la conversación.
hasta que su hermano se cercó peligrosamente a la niña.-NO, ya es muy tarde, tienes que irte, Chō.- Kioko interrumpió la escena.
Cuando la chica se fue, Kioko fue atacada por su hermano.
-No voy a dejar que des tu primer beso antes que yo, solo tienes 12 años.-
-Ese no sería mi primer beso- Dijo susurrando, pero para su mala suerte, Kioko le oyó.
-¡¿QUÉ?!- La mayor palideció. -Antes que yo...-
-¿Crees que Josuke no está deseando besarte?- Su hermano volvió a la habitación a terminar la tarea que Chō le había dejado.
Kioko se quedó estática en medio del pasillo.
Su hermano de 12 años había dado su primer beso, y ella con casi 17 años lo más cerca que estuvo era cuando besaba la mejilla de Josuke.Indignada se fue a su cuarto a ponerse el pijama y a comenzar a preparar la cena, su padre vendría más tarde de lo normal, por lo que la dejaría preparada y se pondría a terminar su dibujo de Josuke.
Lo miró con una sonrisa boba y terminó de pasarlo a limpio.