Cap. 22.- los héroes se reunen

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Finn caminaba por el bosque con un cúmulo de emociones constantes.

Estaba feliz por la reconciliación con su hermano.

Estaba triste por tener que irse al dulce reino al poco tiempo de que eso pasara.

Estaba enojado con la "Dulce Princesa" por obligarlo a ir a su reino.

Pero sobre todo estaba Desconfiado, la carta que la Dulce princesa envío era demasiado corta, muy lejos de las grandilocuentes que pueden ser, más el hecho de que repitiera la importancia de ir a su reino lo ponía de los nervios.

Conociéndola lo más probable es que haya inventado algo que le explotó en la cara y necesitaba de su ayuda, lo que lo ponía más en alerta pues no era ignorante de lo que la princesa piensa de el, como lo desprecia y le teme por igual, si la princesa le pedía su ayuda era un tema muy grande.

Pero estaba preparado.

- que tanto la has cagado "princesa" - hablo con cierto desprecio en su voz el humano mientras caminaba por los frondosos bosques de dulce.

Su armadura plateada destellaba momentáneamente por la luz del sol que se filtraba entre las hojas de los arboles rosados, su mochila hacia ruidos metálicos mientras caminaba, a su costado, la espada rojo sangre brillaba siniestramente, su ojos blanquecinos desprovistos de emociones acentuados por las sombras creadas por su gorro de oso.

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Matius miro con cierta fascinación los árboles de chicle a su alrededor, pero no pudo evitar hacer un gesto de disgusto, los árboles eran hermosos, un tronco blanca con manchas negras, hojas rosadas que caían con elegancia al suelo, eran sin duda únicos.

Pero.

Muy artificiales.

Si tú caminabas por un bosque normal era casi imposible encontrar dos árboles iguales, ya sea por sus ramas torcidas de diferentes formas, el color de la cortesía y un sin fin de cosas más.

Sin embargo, eso no estaba en estos árboles, todos eran iguales en cualquier sentido, en la forma del tronco, las hojas en el mismo lugar, mierda, incluso las manchas negras en los árboles eran idénticas.

Algo que le dejaba cierto grado de inquietud.

Moviendo su cabeza de lado a lado despejó esos pensamientos mientras daba una última revisada a su mochila, tenía sus pociones, amuletos encantados, su grimorio clase B y clase A, las cadenas de €¥€§ y por último pero no menos importante su cristal de mana.

Tarareando en afirmación Matius cerro su mochila mientras miraba hacia abajo.

Iraqir también miraba los árboles sintiendo la misma inquietud que el mago.

El tiburón caminaba mientras tenía al mago encima de el.

El singular dúo sonrió cuando lograron ver la gran puerta de entrada al dulce reino.

Pero, los ojos del mago se abrieron en grande cuando un sentimiento nauseabundo y perturbador lo invadió, levantando la cabeza miro el gran castillo de dulce y el árbol de chocolate inmenso.

- tal vez debí traer el grimorio clase S - susurro con cierto miedo pero con una sonrisa emocionada en su rostro.

El viento movió ligeramente las ropas del mago, eran bastante parecidas a las que usaba normalmente solo que de tonos morados y un bordado dorado, sus guantes de cuero tenían pequeñas joyas discretas pero elegantes incrustadas y su sombrero amarillo puntiagudo estaba bastante limpio.

Finn el "perro guardián"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora