Miedo

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Coriolanus ayudó a Lucy gray a salir del hospital, pero al salir habían reporteros tomando fotos y lastimandola con sus flashes, Coriolanus cubrió el rostro de Lucy gray con su saco, ahorrandole dolor.

La metieron al auto, y la gente trató de seguirlos.
Lucy Gray se alejó de él en cuanto pudo.
-¿Hasta cuando seguirá tu indiferencia?- pregunto Coriolanus cansado.
Pero Lucy gray no respondió.

-Bien, avisame cuando te bajes del pedestal. - dijo Coriolanus molestandose.
Lucy Gray se tragó todos sus sentimientos, y contuvo las lágrimas.

Llegaron a su edificio, y también ya había gente esperando.
Lucy Gray entró al edificio con ayuda de algunos agentes de la paz, y lograron entrar a su piso.
Coriolanus abrió la puerta, y la dejó pasar.

-Debe ser una molestia tener a tanta gente detrás de ti, pero bueno, ya puedes relajarte, pedimos que te hicieran sopas y jugo de naranja. - dijo la abuelatriz.
-Gracias señora Snow. - dijo Lucy gray con una sonrisa.
-Date prisa, ya tenemos hambre. - dijo la anciana, haciendo reír a Lucy gray y a Tigris.
-Yo no cenaré aquí... Tengo una cena con unos inversionistas. - dijo Coriolanus.
-¿Porque no nos dijiste antes? - pregunto Tigris.
-Lo olvidé, las veo más tarde.- dijo Coriolanus saliendo de la casa.

Lucy Gray soltó la cuchara, y se tapó el rostro.
-Otra vez? - pregunto Tigris abrazando a Lucy gray.
-Si... El hombre. - dijo Lucy gray llorando.

-Lo hizo para protegerte... Puedo entenderlo un poco, pero no significa que esté bien porque obviamente no lo está. De igual modo hubiera sufrido en manos de la doctora Gaul y el presidente Ravinstill, tal vez hasta fuera lo mejor. - dijo Tigris.
-Regresé a traer de vuelta a ese tierno chico, y miren lo que he logrado... Que mate aún más. - dijo Lucy gray.

-Tu sigue intentando... Coriolanus tomará su decisión en algún momento, puede que tu apoyo lo guíe por buen camino. - dijo la abuelatriz.
-Aconsejalo a ya no andar haciendo justicia él mismo cuando hay otras maneras.-dijo Tigris.
-Lo intentaré. - dijo Lucy gray limpiandose las lágrimas.

Coriolanus no tenía ningún compromiso, pero no quería incomodar a Lucy gray, sabía que ella necesitaba estar sola.
Entonces fue a cenar a un restaurante, y para su suerte la comida estaba horrible.

Volvió a su casa cuando calculó que ya habrían terminado de cenar, y llegó justo cuando ya se habían ido a dormir.
Entonces entró directo a su habitación, se duchó y se puso la pijama.
Iba a apagar su luz, cuando Lucy gray entró a la habitación dejando la puerta abierta.

Llevaba su lindo camisón y su largo cabello bien cepillado.

Entró sin decir nada, solo entró y se recostó en su lado de la cama

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Entró sin decir nada, solo entró y se recostó en su lado de la cama.
¿De donde había sacado ese camisón?
Coriolanus terminó de cepillarse los dientes, y se recostó en su lado de la cama.

-Era mentira lo de tu cena?- pregunto Lucy gray tensa.
-Necesitabas estar sola. - dijo Coriolanus.
-Gracias. - dijo Lucy gray.
-No es nada. - dijo Coriolanus girandose dándole la espalda.
Pero Lucy gray se levantó, y lo giró.

-También te agradezco lo que hiciste... Para protegerme.
Pero debes entender que hay miles de maneras de hacer justicia sin muerte. - dijo Lucy gray.
-Era un rebelde. - dijo Coriolanus.
-No era que todos queríamos terminar con los juegos del hambre?-pregunto Lucy gray.

-No es tan fácil Lucy gray, la gente necesita que se les recuerde las atrocidades de la guerra... En lo que nos convirtió. Y no perderé a mi mujer por rebeldes, como perdí a mi madre. - dijo Coriolanus.

Lucy Gray se giró hacia él.

-Es eso? - pregunto Lucy gray.
-Mi madre murió porque los rebeldes estaban bombardeando, y los hospitales estaban repletos y ardiendo mientras ella estaba de parto. - dijo Coriolanus.
-Lo siento. - dijo Lucy gray mirandolo.
-Si, yo igual... Pero así es la gente cuando no hay reglas. - dijo Coriolanus.

-Bueno, aun así puede haber un equilibrio. - dijo Lucy gray.
-Si es lo que quieres creer... -
-Si, lo hago, y te lo mostraré. - dijo Lucy gray besándolo.
Se acercó hacia él mientras él la abrazaba.

-No más caminos de sangre. - dijo Lucy gray mirándolo.
Pero Coriolanus no dijo nada, y Lucy gray no se dio cuenta.

Al dia siguiente, Coriolanus se despertó con un beso de la muchacha.
-Arriba, es hora del desayuno. - dijo Lucy gray abriendo las cortinas.
-Él olor entra por la puerta abierta. - dijo Coriolanus tapándose el rostro con una almohada.

-Es que ya es hora. - dijo Lucy gray.
-Bien, ya voy. - dijo Coriolanus levantándose a prepararse para el desayuno.

Se sentó junto a Lucy gray, ayudándola con su silla.
-Abuelatriz, los miles de olores entran a la habitación y se apesta todo. - dijo Coriolanus quejándose.
-Ya sabes la solución. - dijo la abuelatriz.
-Lucy gray tiene pesadillas... Y tu sabes que no te hemos desobedecido. - dijo Coriolanus.

-Lo pensaré, pero no se emocionen.-dijo la anciana.

Coriolanus salió a buscar al chófer para ir a la universidad.
Llegó temprano a clases como siempre, y Sejanus y él estuvieron charlando un poco.
Parecía que las situación entre ellos mejoraba y mejoraba.
Coriolanus salió feliz de la universidad, y cuando iba para su casa, decidió comprar un ramo de flores para sus mujeres de la casa.

Tigris no estaría, pero la abuelatriz y Lucy gray si.
Entonces fue a comprar flores, y dándole vueltas al asunto, quería tener bien feliz a Lucy gray.
Entonces fue y compró duraznos, ciruelas y uvas, y de último minuto, compró ingredientes para otro... Postre.
Estaba pagando cuando el señor Cardew lo vio.

-Vaya, pero si es Coriolanus Snow... El vigilante en jefe. - dijo el hombre mirándolo de arriba a abajo.
-Oye, quiero charlar pronto contigo... Se de buena mano que haces "encargos" y me gustaría solicitar tus habilidades... Obviamente será recompensado, tengo buenas inversiones, y puedo susurrarle tu nombre a gente importante, hasta podrías llegar a la presidencia. - dijo el hombre.

-No se de que habla. - dijo Coriolanus.
-Él hombre rebelde de la cárcel te suena? - pregunto el señor Cardew.
-Fue todo legal. - dijo Coriolanus.
-¿ A tu noviesita le haría gracia saberlo? Después de todo es su gente. - dijo el señor Cardew.

-Ella lo sabe, y Lucy gray no es de los distritos. - dijo Coriolanus.
-No lo sabemos. - dijo el señor Cardew.
-Compraré su ciudadanía del capitolio para ella, y hasta su familia, aparte de una generosa suma, pero necesito tus servicios. - dijo el señor Cardew.

Coriolanus lo pensó por un momento, tal vez no fuera tan mala idea.

-Quién es? - pregunto Coriolanus.
El señor Cardew se río y le dio la información.

Coriolanus salió de la tienda con una fortuna bien asegurada, y una posible ciudadanía para Lucy gray y su familia.
Subió al auto, y el chófer conducía hacia su casa, mientras él anotaba la información de su "encargo"
Iba tan ocupado, que no se dio cuenta en que momento un auto se le atravesó a su auto, y otro auto lo golpeó del costado, destruyendo al auto, y causando graves heridas a el chófer y a Coriolanus.







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