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— Te quiero mucho —.

— Yo te amo cariño —. Una risa se escapó de los labios de la mujer. El joven se recargo en ella, acostándose en su vientre.

— No puedo esperar para conocerle, juro que seré un muy buen hermano —. La contraria le envolvió en un abrazo.

Todo fue una completa paz hasta que azotaron una puerta. Despertó abruptamente, estaba solo y la puerta estaba abierta; el ruido fue parte del sueño.

Ignoró el hecho que acaba de pasar, por lo que solo se dió vuelta entre sus cobijas. Comenzó a procesar lo que experimentó, hace mucho tiempo no tenía un sueño con ella, esa mujer de piel blanca de siempre; durante mucho tiempo pensó que se trataba de una amiga imaginaria debido a que jugaba con ella cuando se sentía solo después de completar los trabajos que le daban sus jefes. Pero desde que sucedió la crisis de su padre, aumentaron y empiezan a parecer recuerdos del pasado antes de su papá.

Durante toda la plática pensó en preguntarle a la mexicana pero no sé atrevió, pero podría marcarle para obtener respuestas; debatió un rato hasta que se decidió en contra de ello.

No podía molestarla a estás horas, pero marcó a alguien que definitivamente estaba despierto. En segundos la voz de su padre estaba al otro lado de la línea.

— ¿Cómo estás? ¿No te ha pasado nada? ¿Te- —.

— Estoy bien papá —. Antes de lograr decir algo más fue inundado de preguntas por su padre. — ¿Por qué nadie contesta mis llamadas? ¿No saben que tantas cosas les pueden estar pasando? —. Se escuchaba desesperación en su voz, estaba completamente angustiado.

— Son demasiadas llamadas, ya no podemos con todas, espero y entiendas —. Sabe cuánto le afecta la ansiedad de que algo le suceda a él y sus hermanos; pero por esa misma razón terminaron teniendo distancia, nunca negó las partes de su identidad y vida, más no creía que podría aguantar las repercusiones sociales que tenía, por lo que siempre lo hacía ocultarlo por su seguridad.

— Pero te iba contar algo —. Hizo una pausa. — Me la pasé con México, nos topamos en un restaurant, entonces estuvimos platicando mientras que comíamos —.

Podia escuchar como la respiración de Estados Unidos aumentaba, no le dió oportunidad a su padre de reaccionar.

— Realmente es una persona muy cálida como decías —. Aparte de una paciencia bastante buena, la verdad no fue la persona más prudente durante la plática. Estaba apunto de contar como fue el encuentro cuando fue interrumpido

— ¿Como es su sonrisa? —. Estaba preguntando para si lo que pensaba era correcto.

— Amplía y cálida, pero sus ojos se rasgan al sonreír, son sus ojos no los cachetes —.

— ¿Y sus ojos? —. Preguntó de manera rápida.

California inhaló aire, deberá que responder de manera muy atenta al interrogatorio de Estados Unidos. Las respuestas van a hacer o deshacer una relación con México con su padre y si quiere tener una relación con la sureña lo mejor es que la pinte de la mejor manera.

— Son ámbar, tiene una pupila rasgada —.

— Oh, siempre ha tenido un ojo defectuoso,  creo que España se lo provocó con algún golpe pero solo puedes ver eso si le prestas mucha atención a sus ojos —. Comentó sin titubear, siempre fue un rasgo que le gustó.

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⏰ Última actualización: May 12 ⏰

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