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Tan pronto abrió la puerta la joven, Venezuela entró casi de un salto al cuarto donde estaban las estaba México. Y la vió parada ahí, su hermanita, realmente era atractiva como casi todas las latinas para ser honesta, más ese cabello le daba un toque diferente a toda la apariencia de ella.

— Estas bien bonita chama —. Dijo mientras la abrazaba con fuerza con una alegría efusiva.

México se quedó pasmada en brazos de la venezolana, mientras que Japón veía de forma incómoda desde atrás como Venezuela le decía mil cosas a México. Por milagro la mexicana salió de viaje astral poco después, se separó de ella.

— Tranquis Vene —. Le dijo.

Un chillido que dejó aturdidas a todas las mujeres de la sala, la emoción de Venezuela se podría comparar con una niña chiquita conociendo por primera vez a su hermana bebé que le estuvo rogando por años a sus padres. Con eso alguien entró de golpe por la puerta, era el chilango.

— Jefa ¿Todo bien? —. Preguntó mientras respiraba con fuerza, tratando de recuperarse de la carrera que hizo para obtener el encargo de su madre.

— Sí, fue Venezuela la que hizo ese... ruido —. Se pauso un poco buscando que fue lo que hizo la sudaca.

— ¿Venezuela? ¿Japón? —. Cuestionó el chilango viendolas en la sala.

— Me descuidé bien chido —. Fue todo lo que dijo antes de meterse al baño para ponerse lo que había en la bolsa.

Ya dentro del baño se quitaba la blusa de botones, sus pechos blancos se vieron descubiertos para ser tapados por ese brasier blanco con rapidez, se sentó en el inodoro quitándose sus pantalones junto con los boxers que se encontraban un poco manchados de periodo. — Gracias Quetzalcóatl —. Mascullo la mexicana al ver que la sangre no llego al pantalón, tomo sus chones para ponerles la toalla femenina poniéndoselos casi de inmediato con los pantalones. Comenzó a guardar sus cosas en la bolsa, respiro profundamente antes de salir del baño para darle explicaciones a su futura mejor aliada y a una hermana suya.

Salio del baño viendo a todos en silencio total, se acercó a ellos. Poniéndose al lado de su hijo para empezar a hablar.

— Pos creo que ya puedo empezar no? —. Salió de su boca para llamar la atención de los demás, la nipona y la sudaca solo le veían atentamente, México lo tomo como si dijeran que hablaba.

— Bueno, desde pequeña puedo cambiar de forma, en el principio la use para jugar con los demás, hasta que me empezaron a intentar secuestrarme en varias ocasiones entonces mi mamá dijo que cuando hubiera un country me transformará en niño, y que no volviera a la normalidad hasta fuera seguro —. Trato de explicarlo lo más breve posible.

— Entonces llegó España... —. Venezuela empezó a unir pequeños puntitos.

— Si... Después de acabar con mi madre nunca me volví a sentir segura o bueno tal vez me volví a sentir bien cuando fui pareja de USA hasta que me quitó a mis ex- estados y se quedó con Texas, ahí mi salud mental se fue a la mierda —. Hizo una mueca algo rara al decir lo último — Entonces unos presidentes les valió madre mi situacion, otros se aprovecharon y otros me ayudaron un poco como Porfirio... Me obligó a usar faldas, además de hablarme como una "ella", muy religioso pero me terminó ayudando un poquito —. Hizo un ademán con la mano mostrando poco.

— Una ciudad me ayudó mucho, además de que Chile me arrastro a terapia —. Estaba pensando que tardó mucho, pues si mi ciela fueron casi quinientos años.

— ¿Por qué les dijiste ex-estados Y Texas? Siempre les dices mis hijos —. Cuestionó la sudamericana, Japón solo estaba en el fondo procesando todo, totalmente concentrada.

México puso una cara de ya la cagué — Bueno la terapia era para tener una mentalidad más sana sobre de ellos, y pues ya los dejé ir —. Jugó un poco con sus dedos al responder.

— Okey, aparte de nosotras ¿quién sabe? —. La de estrellas volvió a preguntar, la de escudo de águila lo empezaba a sentir repetitivo.

Soltó un suspiro — Grupos indígenas del país, Guatemala, politicos, mis Estados y creo que son todos —. Desganada contestó.

— Bueno vámonos a tu casa —. Dijo fuera de tema.

— Mejor dime el por qué —.

— No reserve hotel, entonces me quedare unos días contigo para disfrutar una dosis de mi hermanita —. Mencionó feliz Venezuela.

— NO, digo no, tengo que cuidar a Laguna en unos dias y tú no puedes estar ahí le prometí que estaríamos solas el tiempo que la cuidaba —. Al principio gritó, para bajar su voz con un poco de vergüenza.

— A Laguna le encantaría conocer a otro país, hasta ahora solo conoce a Guatemala Jefa —. Volvió hablar después de mucho la capital.

México estuvo pensativa por un rato hasta que accedió a hacerlo dijo que ya debían irse su hijo y hermana salieron por la puerta pero Japón se quedó ahí. Le iba a decir algo pero la nipona se adelantó abrazándola de golpe, claro la altura hacia que la asiática estuviera en el cuello de la americana.

— Se que me lo dijiste para empezar bien, seguramente le querías decir a mi madre sobre ello, pero agradezco que hayas decidido decírmelo a mi eso muestra que confía en mi, guardaré tu secreto con fervor amiga mía —. Decía tranquilamente Japón su cola se había desenrollando de su cintura moviéndose pasivamente junto con sus orejas mostrando que disfrutando el abrazo, México olía bien.

En cuanto a México, una pequeña sonrisa se mostró en su cara están bien que supieran quien era en realidad, Japón era muy buena y bonita o bueno tal vez es por qué le atrae ella. Definitivamente no le dirá que decirle fue un accidente.

— Gracias —. Se separó de Japón para ayudarle con sus cosas.

Ambas salieron por la puerta separándose poco después. Con cuidado llegó al auto de su hijo donde estaba la venezolana con el platicando de forma energética antes de que ella se sentará como copiloto.

— ¿Cuánto tiempo te quedarás pinturita? —.

— Una semana y media, ahora que lo pienso podríamos hacer noche de chicas —. Dijo juguetona.

— Claro, lo disfrutaré al máximo—. Dijo con bien chivieada la mexicana.

La capital solo veía satisfecho todo eso, más le hubiera gustado que su madre le avisará de que iba a hacer. Todos las personas que estaban en la sala se habían ido de ahí, o bueno eso podrías haber pensado.

Salió del cubículo una silueta femenina con un objeto en mano— Solo tengo tres oportunidades más de utilizar el signo, esa chica blanca se ve bien para ti meztli, tienes buen gusto —. Dijo la mujer mexica desapareciendo del baño.

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Hola!

Feliz mes del orgullo a todos ustedes, en este capítulo muestro aceptación hacia México.

Nuestra protagonista salió como el género correcto o bueno como el que siempre sintió que era en fondo, más no lo dijo por miedo. Yo sé que muchos tienen problemas para expresar como se sienten, pero a veces el decirlo puede traer mucha paz, entonces aceptemos a los demás y apoyemos unos a otros.

No solo es para género, puede ser preferencia sexual o simplemente nuestros gustos, apariencias y creencias, debemos respetarnos.

Cada vida vale, toda son esenciales.

#Blacklivesmatter #Pride

Muchas gracias por leer este capítulo, sigo ocupada con la escuela pero sus comentarios me ayudan a seguir motivada a escribir más capítulos.

Para mí xunca✨

~Luna

Águila Azteca  [México]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora