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Japón salía de su hotel con extrema cautela, enroscando su cola en la cintura y dobló sus orejas lo más que podía para no llamar tanto la atención en la gente, aunque es una country, sí o sí llamará la atención por ser la representación humana de la nación del sol naciente.

Con calma caminó hasta su transporte personal al edificio donde se efectuaría la junta en cuestión, pero está en cuestión generaba una intriga vaga en la nipona, la reunión es para aumentar relaciones comerciales con ellos y no eran unas cuantas, estás iban a triplicarse.

Algo raro que sea de golpe, pero le beneficia mucho, ya que la nación mexicana siempre le ofrece tratos fantásticos a ella.

Llegó a su destinó y fue directo a la sala de juntas a esperar al mexicano.

— Buenos días, lamento la tardanza Japón —. Dijo el México al entrar a la sala.

— Sin problema —. Respondió de forma breve Japón.

— ¿Haz estado aprendiendo Español? — Se empezó a sentar frente a la nipona.

— かい, ya me cansaba de hablar inglés en cada ocasión, aparte muchos países hablan español por lo que es una gran oportunidad —. Explicaba feliz mientras sacaba papeles de su maletín, poniéndolos sobre la mesa.

— Oh —. Esa respuesta de decepción trajo sorpresa a la asiática.

— ¿Qué pasa México-san? —. Pregunto ladeando la cabeza un poco donde sus sus mirada se centraba en el americano.

— Bueno... —. Desvío la mirada algo nervioso sacando sus cosas de una mochila, si una mochila eso es lo que carga México.

— Yo se hablar japonés, 日本さん —. Completo su frase.

De golpe la japonesa estampó su cara contra la mesa, fue de forma tan espontánea que Mex salto del susto.

— Ehhh... Dijiste que era una gran oportunidad no? Ahora puedes hablar con los latinos —. Grito de forma nerviosa, tratando de arreglar el problema.

— Pero yo lo aprendí por ti—. Dijo en voz muy baja.

— ¿Mande? —. No logró escuchar lo qué dijo la nipona.

— Quéee...—. Estaba buscando una excusa — ¿Qué... por qué no me dijiste que hablabas japonés? —. Es lo mejor que hubo, más se ve creíble.

— Pues, quería decirte de modo tranquis, no en junta, en una salida como amigos y bueno nunca nos vemos de forma casual —. La realidad es que la quería sorprender.

— Pues, me podrías invitar un café —. Con esa frase ambos tenían un sonrojo.

—  Claro, en la próxima reunión de la ONU ¿Seguimos con la junta? —. Pregunto México con una sonrisa, la asiática movió la cabeza en forma de afirmación.

Y así se pasó el tiempo, estableciendo las políticas de cada tratado, la fecha donde entrarían en vigor en ambos territorios buscando que se beneficien por igual. Cómo siempre lo han hecho entre ellos.

— Perdóname, está pregunta está fuera de tema ¿Cómo aprendiste japonés? —. Ya casi terminando la junta lo dijo.

— Bueno, tu madre me lo enseñó —.

Águila Azteca  [México]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora