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Las dos chicas se encontraban en la habitación. Venezuela se estaba quitando su blusa frente a ella sin pena alguna mostrando su brasier de negro encaje a México, que era un manojo de nervios.

- Pareces no haber visto a una mujer en ropa interior en tu vida -. Decía mientras agarraba su pillama de blusón.

- Ehh... Pues nunca he visto a otra mujer que no sea yo, mis hijas o en nopor -. Respondió algo incomoda sobre su cama.

- Y senos? -. Preguntó la contaría. - Lo mismo -. Le contestaba antes de que la sudaca estampara sus pechos contra la cara de la mexicana de forma abrupta.

México solo estaba impactada en su lugar, los colores se le fueron al rostro. Hasta que se apartó un poquito del torso de la contraria - ¡¡No hagas eso!! -. Le gritó a todo pulmón mientras que la otra se partía de la risa a sus espaldas por la cómica reacción que tuvo.

- Ponte la pinche pillama! -. Gritaba tapándose los ojos.

- Ambas somos mujeres entonces no hay problema~ . Seguía a su espaldas - Pues sí, pero esto es muy rápido -.

- Mira esto lo hago con Panamá y con mis provincias, no es algo único entonces no debes preocuparte eres una hermana más -. México no podía creer como Venezuela proceso tan rápido para considerarla una hermana, no lo había pensado con detalle en todo el día que desde su llegada le dice hermana de forma natural. - Entonces si puedo?- . Preguntó de forma rápida la sudaca, la norteamericana solo soltó un - Sí... -. Al no saber de qué carajos se refería la contraria por quedarse sumida en sus pensamientos por tanto. Hasta que unas manos se posicionaron en sus pechos.

Mientras tanto el chilango se encontraba tranquilo en la sala viendo la televisión hasta que el teléfono sonó, como era obvio que su madre no iba responder se levantó a contestar la llamada.

- ¿Bueno?-. Dijo al contestar.

- CDMX? ¿Y tu viejo?-. Era Argentina llamando, no sucede muy seguido qué sorpresa.

- Si soy yo, bueno pues...-. Cuando iba explicar que había salido o bueno le iba a decir la primera mamada que se le viniera a la mente se escuchó un gritó - ¡¡Que no me toques las chichis!! ¡Me vale verga si te di permiso antes, que no! - México bajo corriendo las escaleras con Venezuela detrás de ella, la cuál cabe agregar solo trae una blusa sujetada como una toalla en su cuerpo, solo se estaban correteando por la planta baja de la casa.

Después de dejar prestar atención le iba responder, se escuchó como los perros empezaron a ladrar y Venezuela corrió hacia arriba al verse perseguida por los chuchos que entraron cuando México abrió la puerta para salir al patio de la casa, simplemente todo era un caos en la vivienda.

- Esa es Vene? ¿Quién más está ahí? ¿Donde está México? -. Decía atravez del teléfono confuso por todos los sonidos, muchos gritos se escuchaban por el altavoz y una era la sudaca pero la otra no la reconocía, tenía un acento parecido al de su hermano, un estado tal vez? Mejor le pregunta a el.

- Eh sí, nos cayó de pronto acá -. Soltó una risa nerviosa, el sureño iba a decir algo entonces decidió interrumpir - Y déjame le gritó a mi jefe que está de huevon en su puto cuarto -. Salió corriendo al patio donde su progenitora estaba tomando aire en un rincón, con sus manos señalo a el teléfono además de "hablarle" con los labios (no sé cómo rayos lo hacen, todos a mi alrededor lo pueden hacer xd) sobre quien llamaba, mientras agarraba el teléfono su cuerpo cambiaba.

- Bueno, Argentina? -. Dijo de la forma más natural que logró, lo cual es casi nada por tener el brasier todavía puesto.

- ¡Por fin! No te imaginas lo que a pasado en estos días, la ONU abrió un caso de custodia para mis niñas -. Mencionó emocionado desde el otro lado de la línea, si estuvieran hablando en persona lo estaría sacudiendo.

Águila Azteca  [México]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora