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— Déjame te preparo el agua para que te bañes, sí? —. Le indicó México a Laguna para empezar a subir las escaleras hacia su habitación, pero antes de llegar a su baño vio su celular saturado de notificaciones y llamadas entrantes de todo el día. Desconectó el celular del cargador, transformándose al mismo tiempo que tomaba aire para aceptar la primera llamada que llegó.

— ¡Mexico! —. Era Estados Unidos gritando directamente al celular, un hábito que hace cuando está enojado, cosa que preocupo a México.

— Estados Unidos? ¿Qué pasa? —.

— ¡¿Qué?! ¿No sabes lo que pasa? ¿No sabes? ¡¡Lo deberías que saber muy bien, tu lo sabes !! —. Cada palabra la decía con furia.

— Gringo, tranquilo explícame, no se de lo que hablas —.

— Lo que le dijiste a Japón, lo de Imperio Japonés, que me hubieras traicionado, eso es de lo que habló maldito frijolero —. Con ello el miedo llegó a cuerpo.

— Eso solo era un comentario, tu sabes que yo la quería mucho y bue —. Trato de explicarse antes de que le interrumpiera con un "shhhh".

— Yo —. Intentó seguir. Pero USA seguía con un monólogo hasta que trato de elevar su voz para hablar.

— Fucking wetback, trash, rat, the epidemic of disgusting things, the fragile country that cannot do nothing —. Insultos, insultos por qué está enojado.

Tal vez por qué está sensible por terminar su período, normalmente esos comentarios no hacen que quiera llorar, le dan miedo de perder a su amigo otra vez; su amistad con su vecino del norte no es la que tiene con Chile, pero es estable y agradable aunque se insultan entre ellos de juego, más hoy con ese enojó puede sentir la necesidad de herirle. Comenzó a llorar, por ese sentimiento, por los recuerdos que llegan a su memoria de la guerra con su amigo, él como intentaron herirse entre si par que uno gané en esa pelea de naciones; tal vez no inicio entre ellos pero terminó cómo lo ponen los libros tragedia para ella junto con su familia pero el ganando. Ese sentimiento que tuvo al terminar todo eso, vulnerable ante el.

— México ¿Estás llorando?, no llores tranquilo —. Se oía la voz preocupada del norteamericano.

— No, para te lo ruego, para te lo pido porfavor, para, para, porfavor —. Su mente comenzó a ser un desastre de igual manera al estar con Guatemala, no esto es mucho peor, esta vez no siente la agonía de estar en el cuerpo incorrecto, no, siente que su amigo le vino a dañar. Eso para ella, su vecino en vez de eso recordaba el momento que atravesó a México con su arma durante la guerra causando dolor para su querido amigo, USA detesta que México no esté conforme con el 100% ya que toda la guerra inició con ello, un mal reflejo de lo que pasó.

— Bye —. Estados Unidos colgó después de decir eso, al parecer ya no soporto más. Se quitó los mocos con sus mangas para seguir con el segundo contacto en la lista que llamó era Argentina.

— México eres tú? Trate de llamarte desde hace horas, por fin respondes —. Se escuchaba impaciente.

— Si soy yo mérito —. Su voz estaba gangosa, además de hipar poquito. Simplemente estar en ese momento entre llorar intensamente y la tranquilidad que es estar sensible.

— ¿Qué pasó? ¿Por qué lloras? —. Preocupado le pregunto el argentino.

— Una llamada que no fue bien es todo ¿Por qué llamas? —.

— Eso todo? —.

— Si, ya me dices por qué llamas? —. Solo quería terminar las llamadas lo más rápido posible.

— Bueno, ya tengo la custodia total de  mis hijas —.

— ¿Qué? ¿Por qué tan rápido? ¿Cómo? —. Eso sí le está desconcertando.

— Por lo que se la ONU quería acabar rápido con todo ésto, por lo que me cito para un juicio de varias horas donde gané, yo gané —. Un poco de alegría se escuchaba en su voz.

— Felicidades arge, aunque suene todo feo felicidades —. Esa buena noticia le levantó un poco el espíritu.

— Gracias, y bueno te quería avisar que iremos para tus tierras, aprovechando que estoy con el gringo hago una escala en tu territorio —.

Ese comentario le sacó de onda — ¿Cómo? No pudiste avisar antes —.

— Pues tan pronto acabó el juicio te intenté llamar, te dije que llevo horas llamando en todo el tiempo que no respondiste le avisé a todos los demás —. Eso era una buena explicación, ya no debe que ignorar su celular.

— Okey, pero te aviso tengo visita y no sé cómo se acomoden —.

— Tu casa es enorme, si cabemos todos de cualquier forma adiós, que te sientas mejor —. Argentina siempre se despedirá de alguien así cuando estén triste, nadie sabe porque lo hace pero es un lindo detalle que le dejo una sonrisa.

Las siguientes llamadas eran de latinos diciendo que le respondiera a Argentina, conforme las llamadas el sentimiento se fue. Pero la última era de alguien más, de una asiática.

— México - San, Gomene, sus comentarios se me salieron durante una conversación con América entonces eso podría hacer que se moleste con usted, lo lamentó muchísimo —. Se escuchaba arrepentida de ese accidente.

— No pasa nada, gracias por disculparte —. Al parecer ella si se disculpa eso es muy dulce. Le gusta.

— De verdad lo lamento mucho, se lo compensaré pronto —.

— Con tu disculpa es suficiente, si te preocupas le hará daño a tu bonita carita —.

— ¿Enserio crees que mi cara es bonita? —. Nadie más lo podía ver pero se encontraba sonrojada por el cumplido.

— Claro tu eres muy hermosa —. México estaba algo confundida obviamente Japón es hermosa, el sonrojo se ve un poco fuera de lugar al tener los ojos llorosos.

— También tu, sayonara —. Con algo de nerviosismo término la llamada Japón.

Por fin dejo el celular de lado, volviendo a la normalidad. Iba a gritar para que laguna subiera pero ya estaba en su puerta y parece que estaba ahí desde hace tiempo.

— ¿Cuanto escuchaste cariño? —. Le preguntó de la forma más dulce que pudo.

— Creo que todo —. Lo dijo mientras jugaba con los llaveritos de su mochila.

— ¿Qué tal si te metemos a bañar? —. La cargó para ponerla sobre su cama, avanzado hacia su baño para preparar su tina.

— Solo si te bañas conmigo —.

— Ya estás grande ¿Por qué te quieres bañar conmigo? —. Le cuestionó con curiosidad a la niña.

— Por que cuando estoy triste el bañarme con mi mamá me hace sentir mejor, todavia no estás feliz, entonces te haría feliz no? —. Respondió.

— Bueno creo que sí podemos —. Con ello le cumplió el capricho a su nieta. Al salir ambas se pusieron sus pijamas. Bajaron para preparar y cenar junto con CDMX, ya que Venezuela comió un pan para dormir de forma casi inmediata.

Al terminar se acostaron, ambas en la misma cama como en todas las visitas. Pero la mayor no estaba dormida ella veía a la ciudad, solo pensaba en que pasará el siguiente día y si su humor va a mejorar.

Solo suspiro, intento voltearse al otro lado pero laguna se acurruco en su pecho abrazándola de forma fuerte. Tal vez todo no sea perfecto, pero si ella está aquí todo estaría bien.

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Bueno aquí termina este capítulo, muy pronto si más estoy enferma y tengo tiempo para escribir capítulos por mi reposo.

Espero les haya gustado, muchas gracias por leer
UwU

~Besos con sabor a mazapán

Águila Azteca  [México]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora