Águila Azteca [México]

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Ya había cuatro días desde que llegó Venezuela, eso solo significaba algo Laguna iba a llegar. Por lo que México empezó a preparar la casa.

CDMX pasaba el trapeador por la casa par que le dejarán ir a comprar unas cervezas mientras que México preparaba un menudo para todos esa tarde, la sudaca solo recogía lo poco que había tirado en esos días que se había pasado ahí conociendo a norteña de forma genuina, aunque mucho seguía siendo como le conoció siempre tambien encontró diferencias como: es mucho más cariñosa, si antes parecía no conocer espacio personal ahora te lo invade con besos, abrazos, nalgadas; tímida con ella (y sus comentarios), ahí más pero no sabe cómo explicarlo. Aunque también estos días le ayudarán a relajarse de sus problemas en su casa.

— Vene, podrías agarrarme el pelo? Ahí ligas en mi clóset —.  Le gritó desde la cocina.

— ¡OKEY! —. Se volteó abriendo el armario, después metiendo las uñas en una pequeña abertura revelando otro clóset. Se lo enseño México durante esos días, había vestidos, faldas, toda su ropa de mujer incluyendo más cosas.

Aunque ignoro el teléfono de su hermana, que tenía notificaciones de muchos country's para una llamada o que le respondieran.

Agarró la liga y salió corriendo por las escaleras directa a la cocina dónde le empezó a sujetar el cabello en un chongo (cebollita) de forma hábil.

— Te ves bonita —. Le agarró los mechones que estaban despeinados.

— Gracias —. Lo dijo de forma suave. Ella se quedó atrás viendo como preparaba el platillo.

La puerta sonó, entonces el único hombre en la casa fue a abrirla para que Coahuila, Durango y Laguna pasarán dentro de la casa — Mamá México! —. Gritó emocionada Laguna corriendo a la cocina para buscarla.

— Está haciendo menudo? Qué rico —. Pregunto al pasar por la puerta Durango abrazando por la cintura a Coahuila.

— Si desde ayer preparó la carne, y conpermiso me voy por unas chelas —. Dijo dando un ademán con la mano para salir de la casa.

— Pinche chilango, apenas llegamos y se va —. Caminaron juntas hasta la cocina — Espero que al menos traiga unas modelo bien frías, estoy antojado desde hace días —. Decía Coahuila en un tono curioso.

Al llegar a la cocina solo se quedaron paradas con asombro al ver a Venezuela en la cocina mientras que su madre estaba saludando con besos en los cachetes a Laguna.

— No mames —.

Al escuchar eso la sudaca volteó a verlas por lo que dió un saludo algo incomodo a las dos que fue devuelto.

— Ya quieren comer? —. Dijo México señalando el menudo.

— Ehh, sí má —. Con ello tomo los platos para empezar a servir la comida, las demás fueron a la mesa donde se notaba la incomodidad en el ambiente. Una por una les daba el plato además de traer lechuga, rabanitos, orégano y chile de árbol junto con refresco.

Por último ella se sentó, a lo que los estados preparaban el menudo a su gusto mientras la pequeña solo soplaba su plato — Oigan como sabe mejor? —. Pregunto al ver cómo lo preparaban y no tener idea de que ponerle a su platillo.

— Lechuga y rábano —.

— Chile —.

— Sal —.

— Sabes, solo ponle chile con eso es suficiente —. Coahuila dijo mientras partía el chile en pedazos para su plato. A lo que todas las mayores asistieron.

— Creo que me quedo con la lechuga y sal, enserio todas se lo comerán con chile —. Tomó la lechuga poniéndola en su plato.

— Sí, por qué queda rico —. Durango respondió.