La noche anterior no cayó mucha nieve. Los trastes estaban casi como los habían dejado, un par de centímetros blancos, nada que fuera de ayuda. Las trampas continuaban vacías, también. En resumen, haber salido fue una monumental pérdida de tiempo. Al final, optaron por llenar uno de los recipientes con lo del resto, cubriendo un poco más de la mitad.
En la expedición eran tres: Él, Géminis y Cáncer. El moreno hablaba bastante, más que nada preguntándoles por qué no traía su libreta, mientras los otros dos se turnaban para decir la misma mentira: «No querías arriesgarte a mojarla con la nieve». Sabía por qué Géminis se había ofrecido a venir, para poner distancia entre él y el resto de la generación. ¿Pero él? Le dijo al signo de aire que no quería dejar vagar solo a Cáncer, lo cual no era mentira, pero tampoco era la verdad completa. ¿Quería distanciarse de los agitados mapaches? ¿Necesitaba un poco de aire fresco para aclarar sus ideas? ¿No podía seguir sentado en torno a la fogata pretendiendo que no estaba perdiendo la mente de a poco? Se sentía ansioso y padecía del mismo mal que toda la generación: No podía estar inerte por mucho tiempo.
Al ser el más alto, le tocó cargar con la bandeja de nieve. Ni siquiera intentó discutirlo, no tenía caso: Géminis era un genio en evitar el trabajo pesado y Cáncer se ofrecería porque era demasiado gentil para su propio bien. Soltó un bufido, siguiendo en silencio a los otros dos, mientras su mejor amigo volvía a hacer la misma pregunta. Por un segundo, el pelirrojo lo envidió, su sutil sonrisa, bendita mente que no era consciente de lo que había pasado.
— ¿Has tenido éxito con el otro?— Le murmuró a Géminis cuando Cáncer se fue a revisar una de las trampas.
— ¿Qué quieres que le diga? Acuario fue sencillo porque...— Tragó en seco, un intento de deshacerse del pequeño nudo que comenzaba a formarse en su garganta— Pero ¿él? No tenemos nada en común— Bufó, exasperado— ¿Tú has podido hablar con Virgo sin amenazarlo?
Tauro soltó una carcajada que llamó la atención del tercero en su campaña. Cáncer regresó, expresión decepcionada en el rostro, respondiendo a sus preguntas antes de que fueran pronunciadas.
— Sabes que mi poder son las amenazas— Ante las palabras de su mejor amigo, el signo de agua buscó su libreta, para terminar más confundido que al inicio. Tauro cantó la explicación.
— ¿Ahora a quién quieres amenazar?— El cangrejo blanqueó los ojos.
— A Virgo— Respondió el signo de los gemelos— Y a sus molestos mapaches que no pueden estar quietos— Tauro asintió, ganándose un golpe en el estómago por parte del moreno— Cáncer~— Canturreó. Tauro intentó matarlo con la mirada, una advertencia. No obstante, Géminis no se echó para atrás— Necesitamos que alguien lo haga.
— Déjalo fuera de esto.
— Ok, ustedes dos, ¿pueden dejar de hablar de mí como si no estuviera literalmente aquí?— Cáncer no solía explotar así, pero el sentimiento era muy familiar: Esos dos se estaban aprovechando de su inhabilidad para recordar las cosas para excluirlo. Odiaba ese sentimiento— ¿Qué me estás ocultando?— Sus ojos estaban clavados en Tauro. En su mejor amigo. En la persona en la que se suponía podía confiar— ¿En verdad dejé mi libreta porque no quería mojarla?— Ceja alzada, ahora que lo decía en voz alta sonaba tan estúpido.
El toro se sentía como la peor persona del mundo y con razón. Los oscuros ojos de su mejor amigo lo miraban acusadores. Era consciente de que tenía la culpa, que merecía el enfado del más bajo. En su afán de protegerlo, de darle un poco de la paz que nadie más podía tener, lo había vuelto a subestimar. En serio que no aprendía. Soltó un suspiro, no quería volver a tener esta conversación. Pero ahora no importaba lo que él quería hacer. Miró a Géminis, quien asintió resignado.
ESTÁS LEYENDO
ERROR III: Colapso || Zodiaco
General FictionQuizás esto era todo lo que jamás serían. Nadie quería aceptarlo. Habían pasado por tantas cosas como para rendirse ahora, pero estaban tan cansados... Habían sido artificiales, hasta que descubrieron que no lo eran. Habían sido fugitivos, hasta que...