52

6.7K 575 918
                                    

El celo de Hyunjin ha terminado, tiene que volver a casa y ponerse al día con la escuela, es martes y tiene deberes que entregar.

—No te vayas a tu casa —reprocha el mayor que lo abraza desde atrás de su cuerpo—. Quédate conmigo, yo te ayudo con tu tarea.

Bufa en el intento de guardar sus cosas en su bolso, siendo una tarea imposible cuando tiene a un Alfa chiflado que se niega a soltarlo.

—Hyunjin, no creo que entiendas nada de álgebra cuando muy apenas terminaste la secundaria.

—¡Oye, soy bueno para los números! —dice indignado—. Fui dealer en algún momento, vendía la hierba por gramos y las pastillas por pieza, tenía que ser exacto y saber cuánto era lo que daba. Caí al bote varias veces por a eso.

Por supuesto.

Realmente no le sorprende, escuchó mucho sobre el tipo de persona que era Hwang Hyunjin, sin embargo jamás se topó con la mitad de las cosas que todos le contaron.

Sí, el Alfa era descuidado, le gustaba beber y fumar, pero la mayoría del barrio era así, incluso los mismos que señalaban a Hyunjin, también diciendo que era un tipo que no podía mantener su miembro en sus pantalones, no es como si pudiera quejarse de eso sabiendo que él hacía lo mismo, no le impresionaba.

De igual manera, le contaban lo problemático que era, las veces que fue llevado a la comisaría, el tipo mediocre que no hacía nada por sí mismo, bueno, ahora tenía un contrato con una compañía de boxeo profesional, eso es muchísimo más que lo que muchos de allí lograrían, inclusive más que Minho.

Nada de lo que le dijeron le afectó, no es irrelevante, eso o está realmente muy enamorado de aquel Alfa.

—Ojalá pudiera ir a casa contigo, pero no por ahora, Minho y yo hemos arreglado un poco nuestros desacuerdo y no quiero arruinarlo —dice pasando los brazos al rededor del cuello del contrario.

—Por lo menos quédate a desayunar, ya lo pedí.

Se quiere negar, pero llaman a la puerta y sabe que el desayuno ya está ahí, Hyunjin lo besa antes de ir por la comida, se sienta en la cama, su estómago ruge, tiene hambre, en esos cuatro días no pudo alimentarse más que de líquidos y chocolates.

El mayor se acerca con el carrito y destapa los alimentos, hay varias cosas que le instalan un mal en la boca, ni siquiera quiere respirar y olerlos porque sabe que va a vomitar. Toma un cubierto y se dirige a la fruta picada, algo ligero y dulce es lo que necesita.

—Oye, Lix —lo llama el Alfa—. Tú... no entraste en celo también, ¿o sí?

No, no lo hizo.

Y es alarmante, porque con la fecha tan cercana su celo debió haber llegado, sobretodo si su Alfa estaba en esa condición.

De una u otra forma eso termina de disipar sus dudas, pero aún queda una esperanza de que es cualquier otra cosa.

En estos momentos tener una enfermedad terminal es mejor opción que un embarazo.

—No —responde, Hyunjin no dice nada, solo asiente lentamente mientras se lleva una cucharada del desayuno a la boca.

El plato del mayor es grasoso, realmente asqueroso en estos momentos, los ingredientes mezclados y el olor que llega a sus fosas una vez que inhala en un intento de no vomitar lo terminan de destruir.

Se levanta y corre al baño, esta vez sí vomita, el líquido amarillo del jugo que bebió está ahora en el inodoro, es asqueroso, lo odia.

El Alfa llega detrás de él, inclinándose a su lado y sobando su espalda en un consuelo que no debería tener. El aroma a chocolate lo calma, quitando las náuseas.

Piel Con PielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora