Buddie | Estaré aquí, esperando... hasta que tú me ames

Capítulo 5

Estar en casa después de pasar tiempo con Buck siempre me deja con una mezcla de emociones. Por un lado, estoy contento de haber arreglado las cosas entre nosotros, pero por otro, no puedo evitar sentir un poco de celos cada vez que veo a Tommy cerca de él.

Hoy no fue diferente. Después de nuestro turno en la estación, vi cómo Tommy se unía a nosotros y la atmósfera cambiaba. Sus risas, sus gestos cariñosos... todo me recordaba que ahora hay alguien más en la vida de Buck.

No es que no me alegre por Buck. Tommy parece ser una buena persona, y si hace feliz a mi amigo, entonces debería estar feliz por él. Pero por alguna razón no me acostumbro.

— Eddie, ¿tienes un momento? — preguntó Bobby bajando por las escaleras de la estación.

— Sí, cap.

Mientras subía las escaleras, vi a Buck y Tommy alejarse mientras se despedían con un gesto. No imagino qué tendrán planeado para esta noche. La verdad, me gustaría no pensar en ello, pero se me hace imposible.

— Eddie, estuve hablando con los directivos y les preocupa un poco que hayas dejado la terapia.

— Cap, estoy bien. ¿No se supone que esto sería temporal?

— Y lo era, pero has pasado por mucho, y sabes que ser padre soltero con un trabajo como este puede resultar estresante.

— Bobby, sabes que esto no es un impedimento para que cuide a Christopher.

— Lo sé, no te juzgo, Eddie. En realidad, sabes que te apoyo. Solo no quiero que descuides tu salud mental en este proceso — dijo, cortando cualquier intento de discusión —. Por otro lado, la solicitud para el doble turno mañana está aprobada, así que espero que descanses bien esta noche, y recuerda no presionarte tanto. No creo que seguir haciendo turnos extra sea favorable para ti.

— Está bien, Bobby. Solo necesito el dinero extra para Chris. Prometo no excederme.

Anoche no pude conciliar el sueño como de costumbre. Los pensamientos se amontonaban en mi cabeza, recordando las palabras de Bobby, en la estación, me acerqué a Buck mientras preparábamos el equipo.

— Buck, ¿tienes un momento? —pregunté, buscando su atención entre las tareas.

Buck me miró con atención. — Claro, Eddie, ¿qué sucede?

— Carla no está en la ciudad hoy, y quería preguntarte si puedes cuidar a Chris esta noche. Tengo un turno extra y no tengo con quién dejarlo.

Fruncí el ceño, preguntándome si debería decirle la verdad. Pero al final decidí ser sincero.

— Necesito el dinero extra para cubrir los gastos de Chris. Y me descuide un poco con los gastos este mes.

Vi cómo Buck asimilaba la información, su rostro mostraba comprensión.

— Entiendo, Eddie. Claro que puedo cuidar de Chris esta noche. Pero, ¿estás seguro de que estás bien? No deberías cargar con todo tú solo, ¿sabes? Si necesitas dinero te puedo ayudar.

Asentí con determinación, intentando convencerlo de que estaba bien.

— Estoy bien, Buck. Solo necesito hacer lo necesario para cuidar de Chris. Gracias por esto, de verdad.

Buck me dio una palmada en el hombro con una sonrisa tranquilizadora. — Si necesitas algo más, aquí estoy, ¿de acuerdo?

— Gracias, Buck. Realmente lo aprecio

Mientras estaba en medio del turno extra, escuché la radio chirriar con la voz de los operadores del 911 pidiendo respaldo en un incendio en una dirección familiar.

— ¿Un incendio? — pregunté, sintiendo cómo la preocupación se apoderaba de mí.

Con el corazón en un puño, recordé esa dirección es la zona de Buck. Sin pensarlo dos veces, salí corriendo hacia allí, mi mente llena de temor. El viaje de regreso se sintió como una eternidad, con la radio retumbando en mis oídos, cada palabra aumentando mi ansiedad.

Cuando llegue pude ver a los de la 133 intentando contener el fuego, habían evacuado a casi todos los residentes de lugar, pero por más que buscaba y preguntaba a los demás no encontraba a Chris ni a Buck. Seguían dentro.

El humo espeso llenaba mis pulmones mientras avanzaba entre las llamas, ignorando el dolor y la sensación de ardor en mi piel. Cada paso era una lucha contra el fuego que amenazaba con consumirlo todo. Pero en medio del caos y la desesperación, solo podía pensar en una cosa: sacar a mis chicos de allí.

Finalmente, logré abrirme paso hacia el interior del lugar. Mis ojos se posaron en Buck, protegiendo a Chris con su cuerpo mientras buscaba una salida. Con un impulso renovado, corrí hacia ellos, empujando obstáculos y apartando escombros a mi paso.

—¡Buck! ¡Chris! —grité, luchando por hacerme oír sobre el rugido del fuego.

Nuestros ojos se encontraron en medio del caos, y supe que estaban a salvo. Les di mi chaqueta para protegersen del fuego y con un último esfuerzo, conseguí abrirle paso a Buck para que pudiera sacar a Chris de allí. La imagen de los dos saliendo, envueltos en el resplandor de las llamas, se grabó en mi mente como un rayo de esperanza en medio de la oscuridad.

Pero antes de que pudiera seguirlos, el techo se vino abajo con un estruendo ensordecedor. Una lluvia de escombros y llamas cayó sobre mí, el dolor me envolvió, pero en ese momento, solo pude pensar en ellos. En Buck y Chris, a salvo fuera del alcance del fuego. Y todo se volvió negro.