Capítulo 13

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Durante semanas, me había entregado por completo al cuidado de Eddie, llevándolo a terapia, asegurándome de que estuviera bien atendido en casa y tratando de ayudarlo a recuperarse de su crisis emocional. Pero a medida que mis esfuerzos se centraban en Eddie, inadvertidamente descuidaba mi relación con Tommy.

Tommy había sido increíblemente comprensivo al principio, apoyándome en mi compromiso de ayudar a Eddie en su proceso de recuperación. Pero conforme pasaban los días y las semanas, su paciencia comenzaba a desgastarse, y no podía culparlo por ello. Nuestra relación estaba llegando a un punto crítico, y yo me sentía atrapado en el medio, dividido entre mi lealtad hacia Eddie y mi amor por Tommy.

Me di cuenta de que había estado descuidando a Tommy, no dedicándole el tiempo y la atención que merecía. Nuestra relación se estaba resintiendo, y no podía permitir que eso continuara. Tommy era mi pareja, mi apoyo, mi amor, y no podía dejar que nuestra relación se desmoronara por mi dedicación a Eddie.

Con el corazón lleno de pesar y determinación, decidí que era hora de hacer un cambio. Tenía que encontrar un equilibrio entre cuidar a Eddie y nutrir mi relación con Tommy. Sabía que no sería fácil, pero estaba dispuesto a hacer todo lo necesario para salvar nuestra relación y encontrar la felicidad que tanto anhelábamos juntos.

La conversación con Tommy fue más difícil de lo que había anticipado. Cuando intenté invitarlo a una cena a solas, esperando reconectar y fortalecer nuestra relación, Tommy respondió de una manera que no esperaba.

— Evan, no creo que sea una buena idea comprometernos con algo si sabes que en cualquier momento tendrás que salir corriendo para cuidar a Eddie —dijo, con una mirada de preocupación en sus ojos.

Sus palabras me golpearon como un puñetazo en el estómago. Sentí una oleada de frustración y molestia crecer en mi interior. ¿Cómo podía Tommy pensar eso de mí? Me esforcé por contener mis emociones antes de responder.

— Tommy, entiendo tus preocupaciones, pero también tengo otras responsabilidades —respondí, tratando de mantener la calma. — Somos bomberos, sabemos que no siempre podemos controlar nuestro tiempo debido a las emergencias. Pero eso no significa que no podamos encontrar momentos para nosotros mismos.

— Lo sé, pero... ¿realmente piensas que es justo para mí? Paso horas sabiendo que Eddie es lo único en lo que piensas, permanezco solo mientras tú estás ahí, cuidando a otro hombre. No puedo seguir sintiéndome así.

Las palabras de Tommy resonaron en mi mente como un eco doloroso. Sentí un nudo en la garganta mientras absorbía cada una de sus críticas. Aunque intenté mantener la compostura, su franqueza me afectó más de lo que estaba dispuesto a admitir.

— Entiendo lo que estás diciendo, Tommy. Y no puedo culparte por sentirte así —respondí con sinceridad, luchando por mantener mi voz firme. — Sé que he descuidado nuestra relación últimamente, y lo siento mucho por eso. Pero Eddie necesita mi apoyo en este momento, y no puedo darle la espalda cuando más me necesita.

La mirada de Tommy reflejaba una mezcla de tristeza y resignación mientras escuchaba mis palabras. Ambos éramos conscientes de que estábamos atravesando una situación difícil, una en la que no había respuestas fáciles ni soluciones simples.

— No sé si puedo seguir sintiéndome así, Evan — dijo Tommy, yéndose del lugar. Entro a la casa con un nudo en la garganta y el corazón encogido.

— ¿Estás bien, Buck? — Eddie me pregunta con preocupación mientras me mira con compasión.

Intento contener el sollozo mientras me acerco a él y me siento a su lado.

— Si, Eddie. Claro — contesto, con la voz quebrada.

— Sé que estás pasando por un momento difícil, pero ya has hecho mucho por mí. Estoy bien. Puedo cuidarme solo — me asegura Eddie con calma, tratando de reconfortarme.

Pero sus palabras, aunque reconfortantes, no logran calmar la tormenta emocional que me consume — No puedo dejar que estés solo — murmuro, luchando por encontrar las palabras adecuadas.

Eddie me mira con comprensión — Tommy te necesita ahora, no puedes dejar ir al amor de tu vida.

— No entiendes, Eddie. No puedo dejarte solo — le digo con la voz temblorosa.

Él asiente con tristeza, pero su determinación no vacila. — Estaré bien, Buck. Pero Tommy te necesita. Ve con él — me ruega, sabiendo que no puede retenerme — no quiero que dejes de ser feliz por mi culpa.

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Me siento abrumado por las preocupaciones que me agobian, y mi rostro debe reflejarlo porque Hen se acerca con una expresión de preocupación.

— ¿Estás bien, Buck? — me pregunta con amabilidad, y sé que no puedo ocultarle mis inquietudes.

Respiro profundamente antes de responder, tratando de encontrar las palabras adecuadas para explicar lo que siento.

— No del todo, Hen — admito, sabiendo que puedo confiar en ella para entender.

Le explico mis problemas con Tommy, cómo la situación con Eddie está afectando nuestra relación y cómo se siente descuidado.

Hen me escucha con atención, y cuando termino, sus palabras son como un faro de claridad en medio de mi confusión.

— Buck, si realmente crees que Tommy es el amor de tu vida, no puedes permitir que esta situación con Eddie lo arruine — me aconseja con firmeza. — pero si tus sentimientos por Eddie son más fuertes de lo que estás dispuesto a admitir, entonces tal vez sea hora de dejar ir a Tommy.

Me quedo en silencio por un momento, reflexionando sobre las palabras de Hen. ¿Realmente sé lo que siento por Eddie? Es una pregunta que me he estado haciendo últimamente, pero enfrentarla de frente es abrumador.

— Hen, no estoy seguro de entender a qué te refieres — respondo con sinceridad, sintiendo cómo la incertidumbre me abruma.

Ella me mira con una expresión comprensiva, como si supiera algo que yo aún no he descubierto por completo.

— Buck, siempre has sido honesto contigo mismo, aunque a veces te cueste aceptarlo — dice con calma. — Tal vez ahora es el momento de enfrentar tus verdaderos sentimientos hacia Eddie y decidir si estás dispuesto a aceptarlos.

Asiento lentamente, sintiendo el peso de mis propias palabras mientras mis miedos se vuelven tangibles en la conversación.

— Tienes razón, Hen — respondo, dejando escapar un suspiro cargado de resignación — Tengo miedo. Tengo miedo de perder a Eddie, pero también tengo miedo de que él no sienta lo mismo por mí. No estoy preparado para enfrentar eso.

Mis pensamientos se vuelven tumultuosos mientras luchan con el dilema interno que he estado evitando. El temor a la vulnerabilidad y al rechazo se mezcla con el deseo ardiente de mantener a Eddie cerca, de no perder lo que hemos construido juntos, incluso si aún no estoy seguro de lo que realmente significa para mí.

Hen me mira con compasión, reconociendo la lucha interna que estoy enfrentando.

— No tienes que tomar ninguna decisión ahora mismo, Buck — me dice con suavidad. Tómate el tiempo que necesites para entender tus sentimientos. Solo recuerda que no hay garantías en el amor, pero siempre vale la pena arriesgarse por lo que realmente quieres.

Buddie | Estaré aquí, esperando... hasta que tú me amesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora